De muestra porque como ellos hacen,
alomenos en Hispania, Diputados y Senadores, diputados provinciales,
alcaldes y tuti cuanti al ibérico toro ordeñan.

Y de muestra, por lo que eso demuestra, que de mencionarlo me espanto

Lujo gratis

Que alguien pueda decidir cuál es su propio
sueldo tiene sentido cuando el dinero que distribuye es suyo. El
dueño de una empresa cobra lo que le sale de las narices, que para
eso es suya la empresa. Pero que alguien pueda decidir cuál es su
sueldo cuando el dinero que distribuye es de los demás es raro. Pero
raro, raro. Lo hacen los políticos. Y no sólo con el sueldo.
También están las dietas, los viajes en primera, los coches con
chófer, las pensiones máximas... Es francamente raro que uno pueda
decidir a cuántas de éstas cosas tiene derecho si no es él mismo
quien las paga. Claro que cuando uno no lo paga, parece que se
multiplican por trescientos los derechos que tiene. Esto funciona
así.

La gente está indignadísima con los eurodiputados
porque han votado no renunciar a volar en primera. Es verdad; debería
haberles dado vergüenza votar no con los tiempos que corren. Pero no
sólo porque es completamente inmoral; también porque sabían
perfectamente que el resultado de la votación iba a trascender. No
era una votación secreta de una secta secreta en una cueva secreta
en la Edad Media. Era una votación del Parlamento Europeo en el
siglo XXI. Más público, imposible.
Casi
ofende más la desfachatez que el resultado de la votación. ¿No
podían haberse abstenido, aunque sólo fuera por mantener las formas
delante de todos los pringados que nos rascamos los bolsillos para
pagarles los vuelos? Claro que no, porque ellos creen firmemente que
merecen volar en primera. Entienden que está más que justificado
por la sencilla razón de que no lo pagan ellos. Si el dinero para
pagar esos vuelos saliera de sus propios bolsillos, la gran mayoría
de los eurodiputados viajaría en turista. De repente, ya no sería
absolutamente necesario ir en primera, ya no estaría justificadísimo
gastar un dineral en un vuelo. Seguramente preferirían guardar ese
dinero para gastárselo en otra cosa más importante. Pero todos
pensamos que los lujos son imprescindibles cuando nos salen
gratis.
Es un problema serio que no
haya nadie que le pueda toser a la clase política cuando toma estas
decisiones. El resto tenemos que negociar nuestros sueldos y nuestros
derechos con nuestros jefes. Ellos no. Su libertad es enorme. Da
miedo que puedan autoasignarse sueldos vitalicios, que puedan decidir
cobrar más sólo pulsando un botón, que puedan adjudicarse derechos
diferentes a los nuestros. Éste es el verdadero problema. El
cutrerío del ser humano es más viejo que la pana y, francamente, es
una batalla perdida. Quien más, quien menos lleva un cutre dentro
esperando salir. Sabiendo que esto es inevitable, ¿no habría que
hacer algo para frenar a los cutres de clase política?
ESTIBALIZ
GABILONDO
10/04/2011

Eurodiputados
vagos

jueves, marzo 10, 2011
La última y más
bochornosa historia de vagos inútiles la ha contado la
eurodiputada británica Nikki Sinclaire, desde ahora la mujer más
odiada por los políticos europeos.
El pasado 21 de enero, viernes para más señas, Sinclaire
organizó un safari fotográfico para cazar a sus colegas
europarlamentarios escaqueándose del trabajo.
Es conocido que en las instituciones europeas los viernes no curra ni
el tato, pero ay, también es un día propicio para llevarse unos
cuartos de vuelta a casa. La mecánica es la siguiente: se levanta el
europarlamentario, coge un taxi y/o coche oficial al Parlamento de
Bruselas o Estrasburgo; entra en el edificio y ficha; hecha una
meada, vuelve a fichar y sale del edificio; coge de nuevo un taxi y/o
coche oficial y se larga al aeropuerto para pasar el largo fin de
semana con su familia y amigos... El
resultado de tan agotadora jornada laboral son 300 euros en conceptos
de dietas.

Sinclaire ha cazado a unos cuantos colegas
europarlamentarios estafando al contribuyente

Para mayor escarnio ha colgado sus fotos en internet (aquí
lo pueden ver en News of the
World) Algunos, portentos de la
física cuántica, en apenas 25 minutos llegan, fichan, se largan y
ya están en el aeropuerto. Y luego dicen que Dios está en todas
partes... Los eurodiputados son los guardianes del don de la
ubicuidad. Para ellos la traslación y la transmutación de la
materia no son un secreto. El día del safari fotográfico de
Sinclaire, fueron a trabajar 160 parlamentarios de un total de 736.
De los que fueron, 54 llevaban la maleta preparada (algo normal si se
van de fin de semana a su casa). De esos 54, 25 huyeron a diferentes
velocidades cercanas a la luz a los pocos minutos de pisar el
Parlamento.

Que un tipo o tipa, o
tipejo o tipeja, como gusten en llamarlos, que se embolsa
94.200 euros al año, más extras que pueden oscilar entre los 40.000
y los 50.000 euros sea tan
miserable, desvergonzado y ruin de levantarse 300 euros con una
práctica que más allá de la picaresca entra en el terreno de la
corrupción, nos da buena idea de lo que tenemos pastando por
Bruselas. No sé a ustedes, pero a mí entra la vena jacobina al
imaginar la guillotina a pleno rendimiento. No, no habría cuchilla
afilada para tanto cuello corrupto.
Derecho de pataleta de
contribuyente cabreado ejercido, uno
duda de la frontera que separa la burocracia de la cleptocracia.
¿Acaso no es otra forma de robar el utilizar en beneficio propio los
recovecos de la norma? Si el Senado es el cementerio de elefantes de
los políticos en busca de un retiro dorado, ¿qué es el Parlamento
Europeo? Sólo me queda convencerme de que todos los
europarlamentarios no son unos vagos de cara dura. De lo que no me
cabe duda, y me reafirmo aún a riesgo y conciencia de ser cansino,
es de que en las instituciones políticas sobran sillas y coches
oficiales. Nikki Sinclair, la eurodiputada rebelde que denuncia los
abusos de sus colegas, lo ha demostrado.

por Eduardo de la Fuente