LA VIRGEN DE CRISTAL...¡ROTA!!!!
Han matado a su buen cura. Quien la cuidaba, quien la enseñaba, ¡ay! confiando en todo el mundo, como si todo el mundo fuese tan bueno como él. ¡Pobre cura bueno e ingenuo!! Pocos quedan como él. Él, que nos puso la Virgen en la mano y se fue, confiado, a buscar estampas..."Udes tiene cara de buena gente", nos dijo.
Ayer alguien con cara de buena gente, le quitó la vida y puede ser que la Virgen del Cristal, la más pequeña con Dia Santo y romería, la más bonita.
No hace falta ser creyente para adorar una imagen. Porque es adorable, miradla si no.
Mostrando entradas con la etiqueta RELIGION. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta RELIGION. Mostrar todas las entradas
jueves, 12 de marzo de 2015
miércoles, 20 de marzo de 2013
YO, FRANCISCANO
Igual que siendo republicano me apelo "juancarlista" (no debía, ya lo sé), me llamo "franciscano" siendo más ateo que Dawkins.
Así que perdonaréis (y, si lo leeis, agradeceréis) que copie y pegue el artículo que un tal Alejandro Borensztein escribió el otro día.
El preámbulo es de un primo argentino, de los muchos que los gallegos tenemos allá (donde a TODOS los españoles llaman "gallegos", mioreusté)
Así que perdonaréis (y, si lo leeis, agradeceréis) que copie y pegue el artículo que un tal Alejandro Borensztein escribió el otro día.
El preámbulo es de un primo argentino, de los muchos que los gallegos tenemos allá (donde a TODOS los españoles llaman "gallegos", mioreusté)
ES UN POCO LARGO , PERO RESUME HUMORÍSTICAMENTE LA SITUACIÓN , no
te voy a contar por lo que estamos pasando , sólo te diré que la violencia
verbal es tremenda , hasta la señora dijo por cadena nacional que los
diabéticos éramos personas de alto poder adquisitivo ,
que comíamos mucho y hacíamos vida sedentaria . Ella tendría que ser la
diabética número uno del país , ya que hizo una fortuna gobernando.
Y las muertes por la otra violencia aumenta día a día
Como Bergoglio (Vecino de nuestro barrio ), a todos los
gobernantes les decía cosas , cuando metían la pata con el pueblo , no lo
podían ver , él ni ella . , por eso Boresztein escribió este artículo
Antes que nada Su Santidad, felicitaciones. No
sabe lo contentos que estamos en el kirchnerismo por su designación. Chochos.
Mucho no se nota porque somos gente sencilla,
poco amigos de lo emotivo. Nos gusta el perfil bajo, no somos sensibleros ni
tenemos el llanto fácil. Y la verdad es que nos agarró de sorpresa. Pero le
prometemos que vamos a sumarnos al festejo de todo el pueblo argentino.
Prontito nomás.
En cuanto nos bajen la dosis de Alplax y nos den el alta.
Al final, Usted y los kirchneristas nos parecemos: Usted pasó a ser el representante de Dios en la Tierra, y nosotros somos los representantes de Él (K.). Y ahora también de Aquel (¿ya le avisaron que Aquel es el bolivariano, no?).
Al principio nos descolocó un poco su primer mensaje: “Austeridad y humildad”. Caramba, que contrariedad. “Despilfarro y soberbia” nos calzaba mejor, pero bueno… vamos a tener que reconvertir a todo el kirchnerismo. Para nosotros sería como pasar de nafta a gas, vio? ¿Podemos ir haciendo una transición suave?
Tampoco queremos que usted tenga una falsa impresión de nosotros. Si bien ni Él ni Ella jamás le fueron al Tedeum en la Catedral, ni los 9 de Julio ni los 25 de Mayo, le juro que no fue nada personal. Lo que pasa es que entre una cosa y la otra, se les complicaba. Además siempre cae feriado, pleno invierno.
A veces cuesta salir de la camuchi. Pero a partir de ahora, no va a volver a suceder.
También sabemos que le pidió a la Jefa 14 audiencias y nunca lo atendió. Seguro que fue un malentendido. Lo que pasa es que a veces las telefonistas no le pasan los mensajes. Pero tranquilo, ya las despedimos a todas.
Reconocemos que en el momento del anuncio, los diputados kirchneristas estuvieron flojitos al negarse a interrumpir la sesión legislativa para saludar su designación y escuchar en vivo su discurso. Nosotros sabemos que el Papa es el Papa, pero usted también entienda que Julián Domínguez es Julián Domínguez. Además la sesión no podía suspenderse, en cambio a Usted lo podíamos ver a la noche en los editaditos que hace la falange oficial de propaganda neofascista. Y de última, está en YouTube.
Con respecto a toda le legión de kirchneristas que andan desesperados buscando fotos suyas con algún milico del Proceso, quédese tranquilo que ya los frenamos. Paramos la búsqueda porque en cuanto abrimos los placares se nos vinieron encima las fotos de Timerman con Videla, las de Él (K) con los militares de Río Gallegos, las de Alicia como funcionaria del Proceso, y todas las fotos de Boudou en la UCeDé, cuando la UCeDé apoyaba los indultos y reivindicaba la lucha antisubversiva. Tema terminado. Quemamos todas las fotos y si te he visto no me acuerdo, ta?
Además si se fija bien, ya frenamos a los compañeros que de entrada amagaron maltratarlo. Cada tanto se nos escapa alguno como D’Elía que dijo “Francisco es el nuevo intento del Imperio para destruir la unidad latinoamericana” … pero hay que entenderlo, es un pensador moderno. De todos modos no le vamos a dar más bola. Es más, mañana tempranito vamos a suspender el plan “Antisemitismo para Todos”.
Sea comprensivo y tenga misericordia. Al kirchnerismo con Su Santidad le está pasando lo mismo que a esas familias que se pasan la vida maltratando a un cuñado y un día el tipo se saca la lotería.
También le pedimos que no le guarde rencor a Boudou por haber dicho a fin de año que “el documento de la Iglesia no le importa a nadie”. Fue sin querer, lo que pasa es que con las Fiestas, el lechoncito adobado, la sidra, el vittel toné y los turrones, uno termina diciendo boludeces. Pero es un buen muchacho. Cuando usted venga vamos a ir a cenar todos juntos y va a ver que es un jodón bárbaro. Y sus amigos, ni le cuento.
Sabemos que ya está planeando una visita a la Argentina. Avise con tiempo así lo organizamos bien. Va a ser la manifestación más grande de la historia. Justo en un año electoral. Seguramente usted va a querer dejar un mensaje de amor, concordia, y contra la pobreza y la corrupción. Qué alegría.
¿Lo podríamos dejar para después de octubre?
Para cuando empieza el tiempo lindo y los primeros calorcitos. En invierno hace frío. ¿Qué necesidad?
Con lo que tenemos un pequeño problemita es con los rankings. Usted sabe que hasta el miércoles pasado, el hincha de San Lorenzo más famoso era Tinelli. Ahora pasó a ser el segundo, lo cual no tiene ninguna importancia. El problema es que el cabezón también era el segundo argentino más influyente del país y ahora pasó a ser el tercero. Eso tampoco tiene ninguna importancia porque el verdadero problema es que la que estaba primera ahora está segunda y no sabemos cómo decírselo. ¿Hay alguna chance de que por un tiempo, Usted use otra nacionalidad? ¿Tiene pasaporte italiano? Hasta que ella se acostumbre, vio?
De todos modos, el martes vamos a andar por allá. Vamos todos. Es más, lo llevamos a Alfonsín y a Lorenzetti como muestra de cuánto queremos a la oposición y a la Justicia. Somos muchos en el avión, pero de última los ponemos en la bodega. También van algunos pibes de La Cámpora. Ya nos avisaron que no se puede escupir a los líderes del imperialismo y la sinarquía internacional desde los palcos de la Basílica de San Pedro. ¿Papelitos y globos de Clarín Miente tampoco? Después queríamos ir a la Capilla Sixtina a cantar la marchita, ¿habrá algún problema? Si no, no se preocupe, está todo bien. En todo caso, la próxima. No va a faltar oportunidad.
Tenemos un asuntito más, a ver si nos puede ayudar. ¿Vio que frente a Usted hay que arrodillarse o hacerle una reverencia y besarle el anillo? Le explico, la Compañera Jefa no está acostumbrada a esas cosas. No es por nada, pero ella tiene algunos problemitas con la autoridad, la Constitución, la Justicia, la división de poderes, la República.
Le cuesta aceptar algo por encima de ella, vio?
¿Se podrá hacer una excepción? ¿Podemos decir que anda con lumbalgia? O por ahí cuando ella se acerca, antes de que se agache, usted la frena y le dice “tu no, hija mía”, así usted queda como un duque y nosotros zafamos. Si no, el vuelo de regreso va a ser un martirio y cuando lleguemos a Buenos Aires va estar hecha una furia, va a hablar dos horas por cadena nacional, va a hacer un desastre. Ya la conocemos.
Por último le queremos pedir un favorcito. Ahora que usted va a andar por adentro del Vaticano… ¿No nos haría la gauchada de escanearnos ese parrafito que dice que los papados son de por vida? De curiosos nomás. Por ahí nos sirve. Sin apuro. Cuanto tenga un ratito libre, Su Santidad
En cuanto nos bajen la dosis de Alplax y nos den el alta.
Al final, Usted y los kirchneristas nos parecemos: Usted pasó a ser el representante de Dios en la Tierra, y nosotros somos los representantes de Él (K.). Y ahora también de Aquel (¿ya le avisaron que Aquel es el bolivariano, no?).
Al principio nos descolocó un poco su primer mensaje: “Austeridad y humildad”. Caramba, que contrariedad. “Despilfarro y soberbia” nos calzaba mejor, pero bueno… vamos a tener que reconvertir a todo el kirchnerismo. Para nosotros sería como pasar de nafta a gas, vio? ¿Podemos ir haciendo una transición suave?
Tampoco queremos que usted tenga una falsa impresión de nosotros. Si bien ni Él ni Ella jamás le fueron al Tedeum en la Catedral, ni los 9 de Julio ni los 25 de Mayo, le juro que no fue nada personal. Lo que pasa es que entre una cosa y la otra, se les complicaba. Además siempre cae feriado, pleno invierno.
A veces cuesta salir de la camuchi. Pero a partir de ahora, no va a volver a suceder.
También sabemos que le pidió a la Jefa 14 audiencias y nunca lo atendió. Seguro que fue un malentendido. Lo que pasa es que a veces las telefonistas no le pasan los mensajes. Pero tranquilo, ya las despedimos a todas.
Reconocemos que en el momento del anuncio, los diputados kirchneristas estuvieron flojitos al negarse a interrumpir la sesión legislativa para saludar su designación y escuchar en vivo su discurso. Nosotros sabemos que el Papa es el Papa, pero usted también entienda que Julián Domínguez es Julián Domínguez. Además la sesión no podía suspenderse, en cambio a Usted lo podíamos ver a la noche en los editaditos que hace la falange oficial de propaganda neofascista. Y de última, está en YouTube.
Con respecto a toda le legión de kirchneristas que andan desesperados buscando fotos suyas con algún milico del Proceso, quédese tranquilo que ya los frenamos. Paramos la búsqueda porque en cuanto abrimos los placares se nos vinieron encima las fotos de Timerman con Videla, las de Él (K) con los militares de Río Gallegos, las de Alicia como funcionaria del Proceso, y todas las fotos de Boudou en la UCeDé, cuando la UCeDé apoyaba los indultos y reivindicaba la lucha antisubversiva. Tema terminado. Quemamos todas las fotos y si te he visto no me acuerdo, ta?
Además si se fija bien, ya frenamos a los compañeros que de entrada amagaron maltratarlo. Cada tanto se nos escapa alguno como D’Elía que dijo “Francisco es el nuevo intento del Imperio para destruir la unidad latinoamericana” … pero hay que entenderlo, es un pensador moderno. De todos modos no le vamos a dar más bola. Es más, mañana tempranito vamos a suspender el plan “Antisemitismo para Todos”.
Sea comprensivo y tenga misericordia. Al kirchnerismo con Su Santidad le está pasando lo mismo que a esas familias que se pasan la vida maltratando a un cuñado y un día el tipo se saca la lotería.
También le pedimos que no le guarde rencor a Boudou por haber dicho a fin de año que “el documento de la Iglesia no le importa a nadie”. Fue sin querer, lo que pasa es que con las Fiestas, el lechoncito adobado, la sidra, el vittel toné y los turrones, uno termina diciendo boludeces. Pero es un buen muchacho. Cuando usted venga vamos a ir a cenar todos juntos y va a ver que es un jodón bárbaro. Y sus amigos, ni le cuento.
Sabemos que ya está planeando una visita a la Argentina. Avise con tiempo así lo organizamos bien. Va a ser la manifestación más grande de la historia. Justo en un año electoral. Seguramente usted va a querer dejar un mensaje de amor, concordia, y contra la pobreza y la corrupción. Qué alegría.
¿Lo podríamos dejar para después de octubre?
Para cuando empieza el tiempo lindo y los primeros calorcitos. En invierno hace frío. ¿Qué necesidad?
Con lo que tenemos un pequeño problemita es con los rankings. Usted sabe que hasta el miércoles pasado, el hincha de San Lorenzo más famoso era Tinelli. Ahora pasó a ser el segundo, lo cual no tiene ninguna importancia. El problema es que el cabezón también era el segundo argentino más influyente del país y ahora pasó a ser el tercero. Eso tampoco tiene ninguna importancia porque el verdadero problema es que la que estaba primera ahora está segunda y no sabemos cómo decírselo. ¿Hay alguna chance de que por un tiempo, Usted use otra nacionalidad? ¿Tiene pasaporte italiano? Hasta que ella se acostumbre, vio?
De todos modos, el martes vamos a andar por allá. Vamos todos. Es más, lo llevamos a Alfonsín y a Lorenzetti como muestra de cuánto queremos a la oposición y a la Justicia. Somos muchos en el avión, pero de última los ponemos en la bodega. También van algunos pibes de La Cámpora. Ya nos avisaron que no se puede escupir a los líderes del imperialismo y la sinarquía internacional desde los palcos de la Basílica de San Pedro. ¿Papelitos y globos de Clarín Miente tampoco? Después queríamos ir a la Capilla Sixtina a cantar la marchita, ¿habrá algún problema? Si no, no se preocupe, está todo bien. En todo caso, la próxima. No va a faltar oportunidad.
Tenemos un asuntito más, a ver si nos puede ayudar. ¿Vio que frente a Usted hay que arrodillarse o hacerle una reverencia y besarle el anillo? Le explico, la Compañera Jefa no está acostumbrada a esas cosas. No es por nada, pero ella tiene algunos problemitas con la autoridad, la Constitución, la Justicia, la división de poderes, la República.
Le cuesta aceptar algo por encima de ella, vio?
¿Se podrá hacer una excepción? ¿Podemos decir que anda con lumbalgia? O por ahí cuando ella se acerca, antes de que se agache, usted la frena y le dice “tu no, hija mía”, así usted queda como un duque y nosotros zafamos. Si no, el vuelo de regreso va a ser un martirio y cuando lleguemos a Buenos Aires va estar hecha una furia, va a hablar dos horas por cadena nacional, va a hacer un desastre. Ya la conocemos.
Por último le queremos pedir un favorcito. Ahora que usted va a andar por adentro del Vaticano… ¿No nos haría la gauchada de escanearnos ese parrafito que dice que los papados son de por vida? De curiosos nomás. Por ahí nos sirve. Sin apuro. Cuanto tenga un ratito libre, Su Santidad
Alejandro Borensztein
domingo, 10 de marzo de 2013
ESTENOSIS DE CANAL
La estenosis del canal lumbar es un
angostamiento en el espacio de la parte baja de la columna por donde pasan los
nervios que se dirigen hacia sus piernas. Este espacio es muy pequeño. Se hace
aún más pequeño si el hueso y el tejido alrededor del mismo crecen. Se toman
muchos años para que este hueso y tejido crezcan.
A medida que el canal de la columna lumbar se achica los nervios que pasan a través de éste se comprimen. Esta compresión puede causar dolor en la espalda, dolor en la pierna y debilidad en la pierna
A medida que el canal de la columna lumbar se achica los nervios que pasan a través de éste se comprimen. Esta compresión puede causar dolor en la espalda, dolor en la pierna y debilidad en la pierna
La gente con estenosis usualmente tiene dolor en
la espalda la mayoría del tiempo. También pueden tener dolor en la pierna,
adormecimiento o debilidad. El dolor en la pierna y el adormecimiento
usualmente comienza cuando uno se levanta y comienza a caminar o a hacer
ejercicio. El dolor en la pierna ha sido descrito como una sensación de
pinchazo o ardor que puede comenzar en se comienza a caminar.
Estos son los síntomas de una condición llamada claudicación neurógena de las piernas. La claudicación neurógena de las piernas comienza cuando se levanta, empeora cuando camina y se mejora cuando deja de caminar. Con frecuencia, el dolor en la pierna mejora cuando se agacha o cuando se acuesta en posición fetal: de lado con sus rodillas dobladas contra el pecho. Se cree que estas posiciones "abren" el canal lumbar y quitan la presión de los nervios que se dirigen hacia las piernas.
Estos son los síntomas de una condición llamada claudicación neurógena de las piernas. La claudicación neurógena de las piernas comienza cuando se levanta, empeora cuando camina y se mejora cuando deja de caminar. Con frecuencia, el dolor en la pierna mejora cuando se agacha o cuando se acuesta en posición fetal: de lado con sus rodillas dobladas contra el pecho. Se cree que estas posiciones "abren" el canal lumbar y quitan la presión de los nervios que se dirigen hacia las piernas.
Hay varias opciones de tratamiento dependiendo
de qué tan fuertes son sus síntomas. Si su dolor es leve y no lo ha tenido
durante mucho tiempo, puede intentar un programa de ejercicio o de fisioterapia
para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar su postura. En el caso del
pilates, su médico y el monitor de pilates le recomendarán que máquinas y
ejercicios hacer para este fin, y que no dañen su espalda. Su médico también
puede prescribirle medicamento para la inflamación (dolor e hinchazón) de su
columna.
Si usted tiene dolor de espalda fuerte y claudicación, es probable que necesite un cirujano de la columna. Este médico le puede recomendar cirugía para liberar la presión de los nervios en la parte baja de su columna. La cirugía se conoce con el nombre de laminectomía puesto que se sacan partes de su columna llamadas lámina con el objeto de abrir el espacio para los nervios dentro del canal de la columna. Esta cirugía funciona bien para muchas personas.
Si usted tiene dolor de espalda fuerte y claudicación, es probable que necesite un cirujano de la columna. Este médico le puede recomendar cirugía para liberar la presión de los nervios en la parte baja de su columna. La cirugía se conoce con el nombre de laminectomía puesto que se sacan partes de su columna llamadas lámina con el objeto de abrir el espacio para los nervios dentro del canal de la columna. Esta cirugía funciona bien para muchas personas.
Un saludo.
Etiquetas:
FAUNA,
PECES,
POLITICAMENTE INDECENTE,
RELIGION
viernes, 19 de octubre de 2012
EINSTEIN CONTESTA A PEPE EL DEL MONTJGÓ)
Pes eso, que Alberto ha leído el último comentario de PEPE y esta es su respuesta desde el más allá (es desde el pasado, mirad la fecha del artículo, por eso está allá)
¿La
religión y la ciencia son irreconciliables?
¿Existe
ciertamente una contradicción insuperable entre religión y ciencia? ¿La ciencia
puede reemplazar a la religión? A lo largo de los siglos, las respuestas a estas
preguntas han originado considerables polémicas y, más todavía, luchas muy agrias.
Sin embargo, estoy convencido de que una consideración desapasionada de ambas
cuestiones sólo nos llevaría desapasionada de ambas cuestiones sólo nos
llevaría a una respuesta negativa. Lo que complica la cuestión es, sin duda, el
hecho de que mientras la mayoría coincide sin dificultad en lo que se entiende
por "ciencia" difiere en el significado de "religión". Respecto
a la ciencia es posible definirla, para nuestros propósitos, como
"pensamiento metódico encaminado a la determinación de conexiones normativas
entre nuestras experiencias sensoriales". La ciencia produce conocimiento
de manera inmediata, y medios de acción de modo indirecto. Conduce a la acción
metódica si primero se establecen objetivos definidos. Mas la función de establecer
objetivos y de definir juicios de valor trasciende su propio fin. Aunque es
cierto que la ciencia, en la medida en que capta conexiones causales puede
llegar a conclusiones importantes sobre la compatibilidad e incompatibilidad de
objetivos y valoraciones, las definiciones independientes y esenciales sobre
objetivos y valores
quedan
fuera de su alcance.
Por
otra parte, en lo que atañe a la religión suele haber acuerdo en que su dominio
abarca objetivos y haber acuerdo en que su dominio abarca objetivos y valoraciones
y, en síntesis, la base emotiva del pensamiento y las acciones de los seres
humanos, en
cuanto
no estén predeterminados por la inalterable estructura hereditaria de la
especie. La religión enfoca la actitud del hombre frente a la naturaleza en su conjunto,
establece ideales para la vida individual y comunitaria, y las mutuas
relaciones humanas. La religión trata de alcanzar esos ideales al ejercer una influencia
educadora en la radición por la
elaboración y difusión de determinados pensamientos y narraciones de fácil
acceso — epopeyas y mitos— capaces de influir en la valoración y la acción
dentro del marco de los ideales afectados.
Este
contenido mítico, o mas bien simbólico, de las tradiciones religiosas suele
entrar en conflicto con la ciencia. Esto sucede siempre cuando tal conjunto de
ideas religiosas contiene afirmaciones dogmáticamente establecidas sobre temas
que pertenecen al campo de la ciencia. Resulta esencial, pues, para preservar
la verdadera religión, evitar esos conflictos siempre que surjan en temas que,
en realidad, no son decisivos surjan en temas que, en realidad, no son
decisivos para la consecución de los objetivos religiosos. Al considerar las
diversas religiones existentes en cuanto a su esencia, es decir, si las
despojamos de sus mitos, no me parece que difieran tan fundamentalmente como
pretenden los defensores de la teoría "relativista" o convencional. Y
esto no debe sorprendernos. Las actitudes morales de un pueblo que se apoya en
la religión han de estar siempre encaminadas al objetivo de mantener y
preservar la salud y la vitalidad comunitarias y las de los miembros de la
comunidad, ya que de lo contrario la comunidad perecería. Un pueblo que honrase
la falsedad, la difamación, el fraude y el asesinato no podría subsistir durante
mucho tiempo.
Así,
cuando nos enfrentamos con un caso concreto no es tarea fácil determinar
claramente lo que es deseable y lo que no lo es; resulta algo tan difícil como
definir con exactitud lo que hace que un cuadro o una sinfonía sean buenos. Es
lo que se aprecia mejor de modo intuitivo que mediante la comprensión racional.
De igual forma, los grandes maestros morales de la humanidad fueron de algún modo
genios artísticos del arte de vivir. Aparte de los modo genios artísticos del
arte de vivir. Aparte de los preceptos más elementales, nacidos directamente
del deseo de mantener la vida y eliminar los sufrimientos innecesarios, hay
otros que sin ser en apariencia del todo mensurables según las normas básicas,
les concedemos, empero, la debida importancia. ¿Debe buscarse, por cierto, la
verdad de manera incondicional, aun cuando obtenerla entrañe grandes sacrificios
en esfuerzo y felicidad? Existen muchas cuestiones de este tipo que no pueden
tener una solución adecuada desde una favorable posición racional, o que
carecen de respuesta posible. Sin embargo, no creo que sea correcto el llamado
punto de vista "relativista", ni siquiera en el caso de las decisiones
morales más sutiles. Si observamos las condiciones de vida actuales de la
humanidad civilizada, aun según el aspecto de las normas religiosas más
elementales, sentimos, sin duda, una desilusión muy dolorosa ante lo que se nos
ofrece. Porque en tanto la religión prescribe amor fraterno en las relaciones
entre individuos y grupos, el escenario más semeja un campo de batalla que una comunidad
hermanada. El principio rector es en todas comunidad hermanada. El principio
rector es en todas partes, tanto en la vida económica como en la política, la
lucha implacable por el éxito a expensas del prójimo. Este espíritu competitivo
predomina hasta en las escuelas y universidades y al destruir todos los
sentimientos de cooperación y fraternidad, concibe el triunfo no como algo que
emerge del amoral trabajo fecundo y concienzudo, sino como algo que nace de la
ambición personal y del temor al rechazo.
Hay
pesimistas que sostienen que esta situación es inevitable, inherente a la
naturaleza de los seres humanos. Quienes proponen estas opiniones son los enemigos
de la religión; sostienen implícitamente que las doctrinas religiosas son
ideales utópicos no aptos para regir los problemas humanos. El estudio de las normas
sociales de ciertas culturas llamadas primitivas habría demostrado de modo
claro, que tal posición negativa carece por completo de base. Los interesados
en estos temas, cruciales en el estudio de la religión, deberían leer lo que
nos dice de los indios pueblo el libro Pattern of Culture de Ruth Benedict.
Al
parecer, esta tribu ha logrado, en las condiciones de vida más duras, el
difícil objetivo de liberar a sus miembros de la presión del espíritu competitivo
e inculcarles una forma de vida fundada en la moderación y la cooperación,
libre de coacciones externas y sin ninguna restricción de la felicidad.
La
interpretación de la religión aquí expuesta implica una subordinación de la
ciencia a la actitud religiosa, una relación que se menosprecia con demasiada
facilidad en esta época materialista por excelencia. Si bien es cierto que los
resultados científicos son desde luego independientes de las consideraciones
morales o religiosas, no hay duda deque todos los individuos a los que debemos
los grandes descubrimientos fecundos de la ciencia se hallaban imbuidos de la
convicción, genuinamente religiosa, de que este universo nuestro es algo perfecto
y susceptible de un análisis racional. Si esta confianza no hubiese sido tan
arraigada y emotiva y si esta búsqueda de conocimientos no se hubiese inspirado
en el Amor
Dei intelectualis (Amor
intelectual de Dios, frase de la Ética de Spinoza), no es comprensible cómo
hubieran podido desplegar esa es comprensible cómo hubieran podido desplegar
esa devoción infatigable que es lo único que permite al hombre alcanzar sus
mayores triunfos.
(1948)__
miércoles, 17 de octubre de 2012
PALABRA DE DIOS
Ciencia y religión
En
el transcurso del siglo pasado y parte del anterior se sostuvo de manera
generalizada que existía un conflicto insalvable entre la ciencia y la fe.
La
opinión que predominaba entre las personas de ideas avanzadas afirmaba que
había llegado la hora de que el conocimiento, la ciencia, reemplazase a la fe;
toda creencia que no se apoyara en el conocimiento era superstición y, como tal
debía ser combatida. De acuerdo con esta concepción, la educación tenía como
única función abrir el camino al pensar y al conocer, y la escuela, como
instrumento decisivo de la instrucción del pueblo, debía servir sólo a este
fin.
Sin
duda es difícil hallar, si se la encuentra, una exposición tan simple del punto
de vista racionalista; toda persona sensata puede ver en efecto lo unilateral
de esta exposición. Sin embargo también es aconsejable exponer una tesis nítida
y concisa si se aconsejable exponer una tesis nítida y concisa si se quieren
aclararlas ideas respecto a la naturaleza de este problema.
Por
supuesto que el mejor medio de defender cualquier convicción es fundarla en la
experiencia y en el razonamiento. Tenemos que aceptar en este caso el
racionalismo extremo. El punto débil de esta concepción resulta, empero, que
esas ideas que son inevitables y determinan nuestra conducta y nuestros juicios
no pueden basarse sólo en este único procedimiento científico.
En
efecto, el método científico no puede mostrarnos más que cómo se relacionan los
hechos entre sí y cómo se condicionan mutuamente.
El
deseo de alcanzar este conocimiento objetivo pertenece a la máxima exigencia de
que es capaz el hombre, y pienso, por cierto, que nadie sospechará que intente
reducir los triunfos y las luchas heroicas del hombre en este ámbito. Sin
embargo, es manifiesto también que el conocimiento de lo que es no da acceso
directo a lo que debería ser. Se puede tener el conocimiento más claro y
completo de lo que es, y no lograr, en efecto, deducir de ello lo que debería
ser la finalidad de nuestras aspiraciones debería ser la finalidad de nuestras
aspiraciones humanas. El conocimiento objetivo nos proporciona poderosos
instrumentos para conseguir ciertos fines, pero el objetivo último en sí y el
propósito de alcanzarlo deben venir de otra fuente. No creo que sea necesario
siquiera defender la tesis de que nuestra existencia y nuestra actividad sólo
asumen sentido por la prosecución de un objetivo tal y los valores
correspondientes. El conocimiento de la verdad como tal es admirable, mas su
utilidad como guía es tan escasa que no es posible demostrar ni la
justificación ni el valor de la aspiración hacia ese mismo conocimiento de la
verdad. Por consiguiente, nos enfrentamos aquí con los límites de la concepción
puramente racional de nuestra existencia.
Sin
embargo, no debe suponerse que el pensamiento inteligente no desempeñe algún
papel en la formación de lo objetivo y de los juicios éticos.
Cuando
se comprende que ciertos medios serían útiles para la consecución de un fin,
los medios en sí se convierten entonces en un fin. La inteligencia nos aclara
la interrelación entre medios y fines.
Empero,
el simple pensamiento no es capaz de Empero, el simple pensamiento no es capaz
de proporcionarnos un sentido de los fines últimos y fundamentales. Penetrar
estos fines y estas valoraciones esenciales e introducirlos en la vida emotiva
de los individuos, me parece, de manera concreta, la función más importante de
la religión en la vida social del hombre. Y si nos preguntamos de dónde se
deriva la autoridad de tales fines esenciales, puesto que no pueden fundarse y
justificarse en la razón, sólo diremos: son, en una sociedad sana, tradiciones
poderosas, que influyen en la conducta, en las aspiraciones y en los juicios de
los individuos.
Esto
es, están allí como algo vivo, sin que resulte indispensable buscar una
justificación de su existencia. Adquieren fuerza no mediante la demostración
sino de la revelación, a través de personalidades vigorosas. No es posible
tratar de justificarlas, sino captar su naturaleza de modo simple y claro.
Los
más elevados principios de nuestras aspiraciones y juicios nos los proporciona
la tradición religiosa judeocristiana. Es un objetivo muy digno que, con
nuestras débiles fuerzas, sólo logramos alcanzar muy pobremente, si bien
proporciona una base segura a nuestras aspiraciones y valoraciones. Si se
separa este objetivo de su forma religiosa y se examina en su mero aspecto
humano, tal vez sea posible exponerlo así: Desarrollo libre y responsable del
individuo, de modo que logre poner sus cualidades, con libertad y alegría al
servicio de toda la humanidad.
No
se intenta divinizar a una nación, a una clase ni tampoco a un individuo. ¿No
somos todos hijos de un padre, tal como se dice en el lenguaje religioso? En
verdad, tampoco correspondería al espíritu de este ideal la divinización del
género humano, como una totalidad abstracta.
Sólo
tiene alma el individuo. Y el fin superior del individuo es servir más que
regir, o superarse de cualquier otro modo.
Si
se examina la sustancia y se olvida la forma, pueden considerarse además estas
palabras, como expresión de la actitud democrática esencial. El verdadero
demócrata, igual que el hombre religioso, no puede adorar a su nación en el
sentido corriente del término. ¿Cuál es, pues, en este problema, la función de
la
educación
y de la escuela? Debería ayudarse al joven a formarse en un espíritu tal que
esos principios esenciales fuesen para él como el aire que respira.
Sólo
la educación puede lograr este propósito. Si se tienen estos elevados
principios claramente a la vista, y se los compara con la vida y el espíritu de
la época, se comprueba con pena que la humanidad civilizada se halla en la
actualidad en un grave peligro. En los estados totalitarios los propios
dirigentes se
esfuerzan
por destruir este espíritu de humanidad. En las zonas menos amenazadas son el
nacionalismo y la intolerancia, la opresión de los individuos por medios
económicos los que pretenden asfixiar esas valiosísimas tradiciones.
La
conciencia de la gravedad de esta amenaza crece, sin embargo, entre los intelectuales,
y se buscan con afán los medios para contrarrestar el peligro tanto en el
dominio de la política nacional e internacional como en el de la legislación o
de la organización en general.
Tales
esfuerzos son, por cierto, indispensables. Los antiguos, sin embargo, sabían
algo que al parecer nosotros hemos olvidado. Todos los medios resultan
instrumentos inútiles si tras ellos no alienta un espíritu vivo. Mas si el
designio de lograr el objetivo actúa poderosamente dentro de nosotros, no nos
han de faltar fuerzas para encontrar los medios que conviertan ese objetivo en
realidad.
II
No
resultaría difícil concordar en cuanto a lo que entendemos por ciencia. Ciencia
es la tarea, secular ya, de agrupar, mediante el pensamiento sistemático, los
fenómenos perceptibles de este mundo dentro de una asociación lo más amplia
posible. De manera esquemática es intentar una reconstrucción posterior de la
existencia a través del proceso de conceptualización. Pero si me pregunto qué
es la religión no logro encontrar una respuesta adecuada.
Y
hasta después de hallar la que consiga satisfacerme en ese momento concreto,
sigo convencido de que nunca podré, de ningún modo, unificar, aunque sea en
parte, los pensamientos de todos los que han brindado una consideración seria a
esta cuestión.
Así,
pues, en lugar de plantear qué es la religión, preferiría elucidar lo que
caracteriza las aspiraciones de una persona que a mí me parece religiosa: esta
persona es la religiosamente ilustrada, la que se ha liberado, en la medida
máxima de su capacidad, de las trabas de los deseos egoístas y se entrega a
pensamientos, sentimientos y aspiraciones a los que se adhiere por el valor
supra personal que poseen. se adhiere por el valor supra personal que poseen.
Creo
que lo importante es la fuerza de este contenido supra personal y la
profundidad de la convicción relacionada con su irresistible significado,
independientemente de toda tentativa de unir ese contenido con un ser divino,
ya que de otro modo no se podría concluir a Buda y a Spinoza entre las
personalidades religiosas. Por consiguiente, una persona religiosa es devota en
tanto no tiene duda alguna de la significación y elevación de aquellos objetos
y fines suprasensibles que no requieren un fundamento racional ni son
susceptibles de él. Existen de la misma manera inevitable y natural con que se
da el individuo. La religión es así el viejo intento humano de alcanzar clara y
completa conciencia de esos objetivos y valores y fortalecer y ampliar de
continuo su efecto. Si se concibe la religión y la ciencia según lo dicho,
resulta imposible un conflicto entre ellas.
Pues
la ciencia sólo puede afirmar lo que es, mas no lo que debiera ser, y fuera de
su ámbito son necesarios juicios de valor de todo tipo. La religión, por lo
demás, enfoca sólo valoraciones de pensamientos y acciones humanos: no puede
hablar, pensamientos y acciones humanos: no puede hablar, esto es claro, de
datos y relaciones entre datos. De acuerdo con esta interpretación, los
conocidos conflictos entre religión y ciencia del pasado, deben atribuirse, sin
duda, a una concepción errónea de la situación que se ha descrito. Nace, por
ejemplo, un conflicto cuando una comunidad religiosa insiste en la veracidad
absoluta de todas las afirmaciones contenidas en la Biblia. Esto significa la
intromisión, de la religión en la esfera de la ciencia; aquí tenemos, pues, que
situar la lucha de la Iglesia contra las doctrinas de Galileo y Darwin. Además,
algunos representantes de la ciencia han pretendido llegar a juicios esenciales
sobre valores y fines con la base del método científico, y se han enfrentado
con la religión.
Todos
esos conflictos han originado errores fatales.
Empero,
aunque los dominios de la religión y de la ciencia se hallan en sí mismos muy
diferenciados, existen entre ambos relaciones y dependencias mutuas. Si bien la
religión puede ser la que determine el objetivo, sabe, en efecto, a través de
la ciencia, en el sentido más amplio, qué medios contribuirán al el sentido más
amplio, qué medios contribuirán al logro de los objetivos diseñados. Mas la
ciencia sólo pueden crearla quienes de manera profunda están imbuidos de un
deseo ferviente de alcanzar la verdad y de comprender las cosas. Y este
sentimiento surge, por supuesto, de la esfera de la religión. Asimismo
pertenece a ella la fe en la posibilidad de que las normas válidas para el
mundo de la existencia sean racionales, es decir, comprensibles mediante la
razón. No puede imaginar que exista un solo científico sin esta arraigada fe.
La situación puede expresarse con una imagen. La ciencia sin religión es coja;
la religión sin ciencia ciega. Aun cuando he dicho antes que no puede existir
por cierto verdadero conflicto entre la religión y la ciencia, debo matizar,
pues, tal afirmación, de nuevo, en un punto esencial, en lo que respecta al
contenido real de las relaciones históricas. Esta diferenciación se refiere al
concepto de Dios. Durante la etapa primitiva de la evolución espiritual del
género humano, la fantasía de los hombres creó dioses a su propia imagen que
con su voluntad parecían determinar el mundo de los fenómenos, o que hasta
cierto punto mundo de los fenómenos, o que hasta cierto punto influían en él.
El hombre intentaba atraerse la voluntad de estos dioses en su favor a través
de la magia y la oración. La idea de Dios dé las religiones que se enseña hoy
es una sublimación de ese antiguo concepto de los dioses. Su carácter
antropomórfico lo muestra, por ejemplo, la circunstancia de que los hombres
apelen al ser divino con oraciones y súplicas para obtener sus deseos.
No
se negará, sin duda, que la idea de que exista un dios personal omnipotente,
justo y misericordioso proporciona al hombre solaz, ayuda y guía, y además, en
virtud de su sencillez, resulta accesible hasta para las inteligencias menos
desarrolladas. Por otra parte, sin embargo, esta idea incluye una falla básica,
que el hombre ha percibido de manera dolorosa desde el fondo de la historia.
Vale decir, si este ser es omnipotente, todo acontecimiento, incluidas las acciones
humanas, los pensamientos humanos y los sentimientos y aspiraciones humanos
resultan también obra suya. ¿Cómo pensar que los hombres sean responsables de
sus actos y de su conducta ante tal ser todopoderoso? AI adjudicar premios y
castigos, ser todopoderoso? AI adjudicar premios y castigos, estaría en cierto
modo juzgándose a sí mismo.
¿Cómo
conciliar esta premisa con la bondad y rectitud que se le concede? La fuente
principal del rozamiento entre la religión y la ciencia se halla, por
consiguiente, en este concepto de un dios personal. El objetivo de la ciencia
es establecer normas generales que determinen la conexión recíproca de objetos
y hechos en el espacio y en el tiempo.
Estas
normas o leyes de la naturaleza, exigen una validez general absoluta no
probada. Se trata en esencia de un programa, y la fe en la posibilidad de su cumplimiento
sólo se funda, en principio, en éxitos parciales. Pero es difícil que alguien
negara esos éxitos parciales y los atribuyera a la ilusión humana. El hecho de
que al basarse en tales leyes sea posible predecir el curso temporal de los
fenómenos era ciertos dominios con gran precisión y certeza, está muy arraigado
en la conciencia del hombre moderno, aunque haya captado una parte mínima de
las citadas leyes. Es suficiente que piense que los movimientos de los planetas
dentro del sistema solar pueden calcularse previamente con gran exactitud a
partir de calcularse previamente con gran exactitud a partir de un número
limitado de leyes simples. De igual modo, si bien en forma menos precisa, es
posible calcular por adelantado el funcionamiento de un motor eléctrico, un
sistema de transmisión o un aparato de radio, aun cuando se trate de inventos
recientes. Por supuesto, si el número de factores que intervienen en un
complejo fenoménico es demasiado grande, en la mayoría de los casos nos falla
el método científico. Basta pensar en la meteorología, y que advirtamos que la
predicción del tiempo, hasta por un período de algunos días, resulta imposible:
Nadie duda, por cierto, que se trata de una conexión causal cuyos componentes
necesarios conocemos en su mayoría. Los fenómenos de este campo no permiten una
predicción exacta debido a la variedad de los factores implicados, no a una
falencia de las leyes de la naturaleza.
No
hemos penetrado tanto en las regularidades que se derivan del reino de las
cosas vivas, pero sí lo suficiente, empero, para advertir al menos la norma de
necesidad fijada. Pensemos al respecto en el orden sistemático de la herencia,
y en el efecto de los orden sistemático de la herencia, y en el efecto de los tóxicos,
el alcohol, por ejemplo, en la conducta de los seres humanos. Lo que falta en
este ámbito es captar las conexiones de generalidad profunda, mas no un conocimiento
del orden de sí mismo.
Cuanto
más consciente es un hombre de la regularidad ordenada de todos los
acontecimientos, más sólida es su convicción de que no queda espacio al margen
de esta regularidad ordenada por caudal de naturaleza distinta. Para él no
existirá la norma de lo humano ni la norma de lo divino como causa independiente
de los acontecimientos naturales. No cabe duda de que la ciencia no refutará
nunca, en el sentido estricto, la doctrina de un Dios personal que interviene
en los hechos naturales, donde esta doctrina siempre puede refugiarse en
aquellos dominios en los que aún no ha logrado afianzarse el conocimiento
científico.
Estoy
convencido, sin embargo, de que si los representantes de la religión adoptasen
esa conducta no sólo sería indigno sino también fatal para ellos.
Pienso
que una doctrina que es incapaz de mantenerse a la luz, sino que debe
refugiarse en las mantenerse a la luz, sino que debe refugiarse en las tinieblas,
perderá de manera irremediable su influencia sobre el género humano, con un
daño enorme para éste. En su lucha por un ideal ético los profesores de religión
deben tener suficiente formación para prescindir de la doctrina de un Dios
personal, esto es, desechar esa fuente de miedo y esperanza que proporcionó en
el pasado un poder inmenso a los sacerdotes. Tendrán que apelar en su labor a
las fuerzas que sean capaces de cultivar el bien, la verdad y la belleza en la
humanidad. Por supuesto que es una tarea más difícil, aunque. mucho más meritoria
y noble. Si los maestros religiosos consiguen realizar la tarea indicada verán,
en efecto, con alegría que la auténtica religión resulta dignificada por el conocimiento
científico que la tornará más profunda. Si uno de los objetivos de la religión
es liberar al género humano de los temores, deseos y anhelos egocéntricos, el
razonamiento científico puede ayudar también a la religión en otro sentido. Si
bien es cierto que el propósito de la ciencia es descubrir reglas qué permitan
asociar y predecir hechos, no es éste su único fin. Quiere reducir también las
conexiones descubiertas al menor número posible de elementos descubiertas al
menor número posible de elementos conceptuales mutuamente independientes. En
esta búsqueda de la unificación racional de lo múltiple se hallan sus mayores
éxitos, aunque sea por cierto este intento el que crea el mayor riesgo de ser
víctima de ilusiones. Mas quien haya pasado por la profunda experiencia de un
avance positivo en este dominio se sentirá conmovido por un reverente respeto
hacia la racionalidad que se manifiesta en la vida. A través de la comprensión
logrará liberarse en gran medida de los engaños de las esperanzas y los deseos
personales,
y alcanzará así esa actitud mental humilde ante la grandeza de la razón
encarnada en la existencia, que resulta inaccesible al hombre en sus dimensiones
más hondas.
Ciertamente,
esta actitud me parece religiosa en el sentido más elevado del término. Y diría
asimismo que la ciencia no sólo purifica el impulso religioso de la escoria del
antropomorfismo sino que contribuye a una espiritualización de nuestra
concepción de la vida.
En
tanto más progrese la evolución espiritual de la especie humana, más cierto
resulta que el camino que lleva a la verdadera religiosidad pasa, no por el
miedo lleva a la verdadera religiosidad pasa, no por el miedo a la vida y el
miedo a la muerte y la fe ciega, sino por la lucha en favor del conocimiento
racional. Es evidente, en este sentido, que el sacerdote debe convertirse en
profesor y maestro si desea cumplir con dignidad su elevada misión educadora.
(1939 y 1941). (Albert Einstein)
martes, 9 de octubre de 2012
LA CARTA
Y yo que siempre creí que Alberto creía, y yo que me creía en esto más listo que Alberto... mi gozo en un pozo, qué cruz la mía.
La palabra Dios no es más que una expresión y un
producto de la debilidad humana. La
Biblia es una colección de honorables, pero primitivas, leyendas bastante
infantiles. Ninguna interpretación, por más sutil que sea, puede cambiar esto
para mí.
La religión judía, al igual que el resto de las religiones, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío, al que felizmente pertenezco y con cuya mentalidad tengo una profunda afinidad, no tiene ninguna cualidad diferente a la del resto de los pueblos. Según mi experiencia, no es mejor que otros grupos humanos, más allá de que estén protegidos de los peores cánceres por su falta de poder. Al margen de eso, no veo nada de “elegido” en él.
La religión judía, al igual que el resto de las religiones, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío, al que felizmente pertenezco y con cuya mentalidad tengo una profunda afinidad, no tiene ninguna cualidad diferente a la del resto de los pueblos. Según mi experiencia, no es mejor que otros grupos humanos, más allá de que estén protegidos de los peores cánceres por su falta de poder. Al margen de eso, no veo nada de “elegido” en él.
.. I
read a great deal in the last days of your book, and thank you very much for
sending it to me. What especially struck me about it was this. With regard to
the factual attitude to life and to the human community we have a great deal in
common.
... The word
God is for me nothing more than the expression and product of human weaknesses,
the Bible a collection of honorable, but still primitive legends which are
nevertheless pretty childish. No interpretation no matter how subtle can (for
me) change this. These subtilised interpretations are highly manifold according
to their nature and have almost nothing to do with the original text. For me
the Jewish religion like all other religions is an incarnation of the most
childish superstitions. And the Jewish people to whom I gladly belong and with
whose mentality I have a deep affinity have no different quality for me than
all other people. As far as my experience goes, they are also no better than
other human groups, although they are protected from the worst cancers by a
lack of power. Otherwise I cannot see anything 'chosen' about them.
In
general I find it painful that you claim a privileged position and try to
defend it by two walls of pride, an external one as a man and an internal one
as a Jew. As a man you claim, so to speak, a dispensation from causality
otherwise accepted, as a Jew the privilege of monotheism. But a limited
causality is no longer a causality at all, as our wonderful Spinoza recognized
with all incision, probably as the first one. And the animistic interpretations
of the religions of nature are in principle not annulled by monopolization.
With such walls we can only attain a certain self-deception, but our moral
efforts are not furthered by them. On the contrary.
Now that
I have quite openly stated our differences in intellectual convictions it is
still clear to me that we are quite close to each other in essential things,
i.e; in our evaluations of human behavior. What separates us are only
intellectual 'props' and 'rationalization' in Freud's language. Therefore I
think that we would understand each other quite well if we talked about
concrete things.
With
friendly thanks and best wishes,
Yours, A. Einstein
Yours, A. Einstein
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)