lunes, 20 de diciembre de 2010

TRANSGÉNICOS, POR FAVOR

Soy un progresista incorregible: Sí a los progresos científicos y tecnológicos.

Si el potencial maligno del progreso experimental hubiese frenado a la Ciencia, aún estaríamos viviendo en cabañas, cazando y recolectando la comida, viajando encima de nuestros pies, adorando al sol naciente y despidiendo al poniente, llorandole a la Luna y leyendo nuestro destino en las estrellas...¡Ostras, si sigo me hago anti-transgénicos y anti-todo, ¡Vivan las cavernas!!
Ventajas de los transgénicosPodemos obtener semillas que den lugar a plantas con características muy favorables, por ejemplo: que necesiten menos cantidad de agua para crecer, que tengan un periodo de cultivo más corto que el natural, que sean resistentes a plagas conocidas por la zona en la que se cultive, que fabriquen su propio insecticida y combata contra los pequeños organismos, que produzcan más y mejores frutos… En definitiva, que aumenten notablemente el rendimiento de los cultivos.

Inconvenientes de los transgénicosEn primer lugar, aunque no está demostrado, existen algunos científicos que piensan que podría haber efectos para la salud a largo plazo. Analizando a corto plazo todavía no han detectado ninguna anomalía, pero algunos investigan sobre los efectos a largo plazo.

En segundo lugar, se están produciendo numerosos casos de hibridación entre plantas transgénicas y plantas silvestres (no transgénicas). Esta hibridación consiste en que donde hay un cultivo transgénico, los insectos y el viento transportan el polen hasta plantas de la misma especie pero silvestres (naturales), produciéndose así en la planta silvestre un apareamiento que conlleva a transformar la planta silvestre en una mezcla entre lo natural y lo transgénico. De esta forma podría ocurrir, siempre hablando de un largo plazo, a la extinción silvestre de esa especie de planta.

Los productos transgénicos además podrían contribuir a mejorar notablemente la alimentación de los países tercermundistas, siempre que no se tratase de productos como los resultantes de la tecnología Terminator, de ella estuvimos hablando en el post Terminator, ¿solución a la contaminación genética?, en este caso creemos que no se intenta evitar la contaminación genética, sino los intereses de la empresa que desarrolla los productos. Quizá sea necesario proporcionar más información fiable a la población, más transparencia para que los transgénicos sean más aceptados. La actuación de algunas empresas no ha hecho más que aumentar el rechazo a lo que puede ser una solución para el futuro.

Podríamos citar por ejemplo, aquel informe secreto de la compañía de biotecnología Monsanto en relación a su maíz transgénico Mon 863. De él se desprendía que el maíz era peligroso y que las pruebas realizadas con ratas mostraban, entre otros resultados, pérdida de peso en los riñones o necrosis en el hígado. El lanzamiento al mercado de algunos productos transgénicos peligrosos para el consumo humano es la causa directa del rechazo de los transgénicos

Mucho se habla de los alimentos transgénicos, las opiniones son variadas aunque casi cabría destacar que existen más opiniones en contra que a favor. Los cultivos modificados genéticamente son una opción importante para el futuro y para garantizar la alimentación humana, el calentamiento de la Tierra obliga a desarrollar productos capaces de soportar las temperaturas extremas, la salinidad del suelo o las nuevas enfermedades y plagas. Siempre que un producto ofrezca el aval científico general habiendo realizado todas las pruebas necesarias, no debería ser rechazado.




Es necesario dar un voto de confianza a los científicos que tratan de desarrollar alimentos mejorados genéticamente para superar los actuales problemas que cada vez se agravan más, el aumento de las emisiones de CO2, la rápida erosión del suelo, la escasez de agua, las plagas, etc. Es necesario que los gobiernos inviertan más en la investigación de este campo. Nosotros estamos de acuerdo con el Manifiesto en favor de los transgénicos presentado por 120 investigadores españoles con motivo de la celebración del 2007 como Año de la Ciencia en España.
Ahora además conocemos la opinión del asesor científico del Gobierno del Reino Unido, indica que los cultivos transgénicos no deberían ser un tema tabú y confirmaba su apoyo en su desarrollo. El asesor apunta que lo que se debe hacer es supervisar meticulosamente cada producto desarrollado, en este caso, nosotros opinamos que algunas empresas privadas ocultan pruebas que demuestran que algunos de sus productos son perjudiciales y los comercializan sin pensar en las consecuencias a largo plazo. Son especialmente estas empresas (sus productos) las que deben ser supervisadas por un comité científico internacional y sólo con el consenso y aval de éste, se podrían comercializar los productos.
En fin, una nueva tecnología será beneficiosa siempre que no caiga en malas manos con afán de lucro y poco respeto por la vida humana.

Hemos oído en algunas ocasiones afirmar a algunos científicos y especialistas que los alimentos transgénicos son la solución del futuro. Añaden que se pueden alimentar a más personas y mejor, se pueden hacer alimentos inmunes a los pesticidas o adaptarlos a la climatología
El periódico ingles The Independent alertó sobre la existencia de un informe secreto de la compañía de biotecnología Monsanto que hacía referencia a un maíz transgénico, el Mon 863. Este informe relataba como ratas que eran alimentadas con este maíz, sufrían todo tipo de problemas de salud como pérdida de peso en los riñones, necrosis en el hígado o altos niveles de azúcar en la sangre
Otro informe que nos presenta la web Rebelión, trata sobre un guisante transgénico experimental que se desarrolló en Australia por la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organización con el objetivo de combatir determinadas plagas que afectaban al guisante










EL MANIFIESTO


Un grupo de unos 120 investigadores españoles, ante la celebración de 2007 como Año de la Ciencia en España, han firmado y publicitado el manifiesto “Ciencia, progreso y medio ambiente”, en el que se apuesta por la investigación y el uso de transgénicos. Los científicos, procedentes en su mayoría de centros de investigación públicos y universidades, reclaman al gobierno español que facilite el empleo de las variedades mejoradas genéticamente en base a los resultados científicos, aparcando determinados cuestionamientos políticos. La Asociación Española de Bioempresas (Asebio) ha sido quien ha lanzado el manifiesto.
Jaime Costa, coordinador del grupo de Agrobiotecnología de Asebio, asegura que las biotecnológicas sufren un parón en las aprobaciones de transgénicos en Europa, provocando incertidumbre financiera. Costa se suma a los científicos que han firmado el manifiesto afirmando que “no se está teniendo en cuenta que los transgénicos aumentan la productividad de los campos, reduciendo la superficie de cultivo necesaria para producir la misma cantidad de grano, minimizando así el impacto medioambiental”.

Biotecnología, una herramienta para la agroalimentación de la que no podemos prescindir
La sociedad del siglo XXI se enfrenta a enormes retos en la producción agro‐alimentaria. El crecimiento de la población ‐2.300 millones de personas más en 2050, que obligarán a incrementar en un 70% la producción de alimentos según la FAO‐; la mejora en las dietas alimenticias; los limitados recursos naturales ‐agua, suelo, energía‐ y la amenaza del cambio climático, representan los grandes desafíos a los que la humanidad tiene que hacer frente.
Nunca hemos comido mejor ni más seguro que ahora. Ello es posible gracias a la puesta en práctica de multitud de tecnologías, desde las utilizadas en la agronomía hasta la industria alimentaria. Todas son necesarias, y de ninguna podemos prescindir.
La biotecnología agrícola es una potente herramienta que, en sus 14 años de historia, ha aportado enormes beneficios sociales, medioambientales y económicos. Desde sus comienzos, casi 1.000 millones de hectáreas han sido sembradas con cultivos biotecnológicos ‐134 millones sólo en 2009, año en el que 14 millones de agricultores de 25 países, 90% de ellos pequeños agricultores de países como India o China, han podido mejorar su calidad de vida gracias a los ingresos adicionales que han obtenido, por la reducción de costes y por la producción incrementada de sus cosechas‐.i En muchos casos, esto implica superar una agricultura de mera subsistencia y evitar el hambre.
La biotecnología agrícola contribuye a una mayor eficiencia productiva, con el positivo impacto en la biodiversidad que ello representa, debido a la disminución de superficie que es necesario poner en cultivo.
La reducción en la huella ecológica, por al descenso en el uso de pesticidasiii, con una disminución del 17,2% en el Coeficiente de Impacto Ambientaliv; o la mitigación del cambio climático, por la reducción del consumo de combustiblesv y de las emisiones de CO2, son algunos de los beneficios que la biotecnología agrícola ya nos ha aportado al medioambiente y a la sociedad.
Sólo hasta 2007, los ingresos adicionales percibidos por los agricultores gracias a los cultivos biotecnológicos ascendieron a más de 32.000 millones de Euros.
La imposibilidad de acceso a los mismos sitúa al sector agrario europeo en clara desventaja frente al resto del mundo.
Es por ello que defendemos el derecho del agricultor y de los consumidores a poder elegir el uso de la biotecnología agrícola y de sus productos.
La seguridad de los cultivos biotecnológicos está garantizada por la más estricta e independiente evaluación científica, realizada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y por otras agencias de seguridad, sanidad y medio ambiente de países como Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Brasil o India. En la Unión Europea es una tecnología rigurosamente reguladaix, que da garantía a los consumidores y al medio ambiente y que, mediante su normativa de etiquetadox, otorga al consumidor la libertad de poder elegir.
Rechazamos las decisiones no basadas en la ciencia, sino en intereses ideológicos y económicos, para prohibir los cultivos biotecnológicos en diferentes países de la UE, a pesar de no haberse esgrimido ninguna evidencia científica que justifique dichas prohibiciones.
De igual manera, rechazamos los intentos de confundir a los ciudadanos con declaraciones de zonas libres de cultivos modificados genéticamente, o de amenazas a los agricultores que los cultivan, llevados a cabos por administraciones regionales y locales, y que llevan al desconcierto de la ciudadanía.
Demandamos a las Autoridades competentes que promuevan la agilización del proceso de aprobaciones de nuevos cultivos biotecnológicos, tanto para el cultivo, como para la importación y el consumo.
Reclamamos, para los agricultores españoles, la opción de poder contar con las mismas herramientas con las que cuentan los agricultores de otros muchos países, que nos exportan sus granos para el uso en nuestra industria agroalimentaria y, así, poder ser competitivos dentro del marco de una agricultura más sostenible. La realidad de 12 años de cultivos modificados genéticamente en España, sin ningún litigio registrado entre agricultores por esta causa, muestra la perfecta coexistencia entre los diferentes modelos de agricultura: biotecnológica, convencional y ecológica.
Alertamos del riesgo –ya incurrido en ocasiones anteriores‐ de ruptura en el suministro de la cadena agroalimentaria, si no se agilizan las aprobaciones para importación y consumo.
Como miembros de la sociedad civil hacemos un llamamiento a la responsabilidad, basada en la más estricta seguridad avalada por las Autoridades competentes, y al derecho a poder elegir de los agricultores, las industrias agro‐alimentarias y los consumidores.

3 comentarios:

  1. Tratan de vender los transgénicos como la solución a los problemas de alimentación mundial explicando que con éstos se aumenta la producción, sin embargo, no hay un sólo estudio que lo demuestre y lo que si hay son cientos de miles de pequeños agricultores de subsistencia por todo el mundo que se han visto abocados a la miseria al no poder pagar a las grandes corporaciones y por tanto no poder cultivar para vivir. Además dicen que pueden crear cientos de especies que pueden desarrollarse en condiciones climatológicas adversas y, sin embargo, el 95% de sus productos se basan en su resistencia a sus propios herbicidas.
    Además, un alto porcentaje del producto transgénico se desvía a la creación de biocombustibles y no al consumo humano. Por no hablar de los informes que advierten de peligros para la salud que no me parece que sea algo a minimizar.
    Así que yo prefiero decir no a los transgénicos y sí a una agricultura biológica que permita a todas las comunidades del mundo asegurar su subsistencia.
    Un saludo.

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    1. yo pienso que si todo los productos transgenicos fueran saludables, al menos deverian llevar etiqueta de que son productos transgenicos, sin embargo tratan de mezclar en los super mercados con otros productos que quizas no sean trangenicos, la verda en mi pais Bolivia no se sabe que lo que si consumimoa es transgenico.

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  2. Aqui en Galicia se cultiva maiz transgénico por multinacionales norteamericanas para expeerimentar.
    ¿Etiquetas, dices? sí que tenemos derecho a saber la procedencia de lo que comemos, eso es cierto.

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