Sigamos, pues. Le toca a JUAN CARLOS:
22
de abril
En cuanto a
1491 realmente el tema me apasiona. He leído tus reflexiones sin
pestañear, y cuando hago esto percibo en mí un estado de máxima activación.
No
creo que se trate de imaginar si los americanos, o “colombianos”, mejor que
“colonos”, estarían mejor ahora si Cristóbal Colón no hubiera llegado a sus
costas.
Si no hubiera sido Colón habría sido otro, quizá un inglés, o un
holandés, o un vikingo, o un chino… aunque en realidad se supone que individuos
de todas estas nacionalidades pisaron tímidamente en algún momento el
continente americano antes de ese mágico 1492. ¿Estaríamos mejor ahora en
la Península Ibérica si no hubieran llegado los romanos? ¿Quién lo
sabe? Los indios de las praderas se encontraban en un estado de
salvajismo –por emplear la célebre distinción de Engels, que a su vez tomó de
Morgan, quien convivió y estudió a los indios durante más de treinta años-,
estos se hallaban distribuidos en tribus y fratrias, sistemas sociales basados
en el parentesco. Los mayas, incas y aztecas habían superado ese estado
desde hacía mucho tiempo, pudiendo considerarlos ya en un estado de barbarie,
que aunque su nombre nos suene fatal, hay que decir que presupone un nivel
mucho más avanzado que el anterior y esto se ve no solo en sus construcciones
arquitectónicas sino sobre todo en sus complejos sistemas políticos. Por
último estaríamos nosotros, la España o la Europa de 1492 ya plenamente
integrados en un sistema de civilización, que sería el último estadio. Y
ahí viene el meollo de la cuestión, Amado, si dejamos de lado las actuales
teorías indigenistas (falsas e interesadas formas de captar la voluntad de los
votantes por parte de los Evo Morales y demás líderes de pacotilla) y esa
patraña del relativismo cultural, o la Alianza de civilizaciones (de los Mayor
Zaragoza y Zapatero de turno) nos encontraríamos con una verdad incontestable:
la mayor potencia de nuestra esfera cultural nos llevó a América, y no al
revés. Todo lo demás son hipótesis indemostrables.
Hoy por hoy
mi opinión es que los españoles llevaron la civilización a América. La
introducción de regadíos, lectura y escritura, codificación de lenguas, métodos
de aprovechamiento ganadero, textil, etcétera, los pondría en un plato de la
balanza y para mí son indicios de que nuestras intenciones fueron saludables y
que teníamos fines de dotar de cierta estabilidad a los nuevos
territorios. En el otro plato pondría la posible sobreexplotación de
recursos minerales con destino a la metrópoli, pero esto lo diría con la boca
chica porque me parece algo de lo más normal.
En el
norte se produjo un verdadero crimen de lesa humanidad, esto se va reconociendo
paulatinamente incluso en los estados del sur de los Estados Unidos. En
algunas zonas, como en Florida, aparecían esclavos negros fugados procedentes
del norte porque las leyes españolas les concedían en el sur el derecho de
familia y otros beneficios, como el de obtener la libertad, que en el norte les
negaban. Esto nos trajo graves desencuentros diplomáticos con la joven
nación.
Pero
no solo eso, el género artístico por excelencia en los EEUU, el Far West de las
películas, supone el reconocimiento explícito de que el mundo anglosajón llevó
a cabo una limpieza étnica sistemática sobre los territorios que fueron
conquistando. Por su parte, los españoles, gente como el mismo Hernán
Cortés, se casaron con indígenas y tuvieron descendencia con ellas, a quienes
además dieron sus apellidos. ¿Podrían decir esto mismo los George
Washington y demás “padres de la patria”? ¿Entonces por qué seguimos
fomentando la Leyenda Negra, aquél cuento que inventó Napoleón III con el fin
de desprestigiar a España para que Francia ocupara su lugar hegemónico en
América?
Yo
tengo una opinión sobre esto.
juan carlos
Esa opinión de mi tocayo me evita escribir a mí. Coincide punto por punto con lo que yo creo y lo que unos cuántos historiadores serios piensan y escriben. Sobre el descubrimiento de América cabe decir también que qué poco chovinistas fueron aquellos españoles, que dejaron a un par de cartógrafos alemanes que dieran nombre a aquellas tierras en honor a un Amerigo Vespucci, italiano cualquiera al servicio de la corona de castilla. Sólo discrepo al respecto de que la Leyenda Negra la inventara Napoleón III. Aparece en el s. XVI "creada y distribuída" por los países luteranos como Holanda e Inglaterra por la rivalidad, fundamentalmente comercial, con el poderoso Imperio Español.
ResponderEliminarSalu2