Hemos situado el debate en el terreno de la filosofía
de la historia, hablamos de conceptos y de ideas, de futuribles, del deber
ser… Me siento cómodo así porque lo que diga tampoco me compromete
demasiado: hablamos de hipótesis. Por esta razón quiero estudiar con
detenimiento todo este periodo histórico, para saber lo que pasó, no lo que
pudo haber sido y no fue.
En realidad tú lo has
resumido con habilidad: “Verdaderamente pasó lo que tenía que pasar”.
A partir de ahí, insisto, se trata de saber qué pasó.
No obstante, quisiera
abordar dos aspectos que tú planteas: 1) Los españoles condenaron a los americanos
a un futuro de miseria, aculturización, desarraigo y esclavitud; y 2) Por qué
negar la posibilidad de que hubieran alcanzado por sí mismos un progreso
social, técnico y religioso.
-Mi opinión, nada
autorizada, es que la España del siglo XIX podría estar igual de empobrecida
sino más, en algunos casos, que una gran mayoría de repúblicas americanas
recién independizadas o en proceso de estarlo. De hecho, podría decir que
el proceso de descolonización se produce precisamente cuando estos países alcanzan
altas cotas de crecimiento y de progreso que le empujan a soltar el lastre de
la antigua metrópoli. Ahora es cuando debería incluir datos y referencias
que corroboraran mis afirmaciones, pero también te pido que disculpes mi falta
de tiempo y mi escasa formación en la materia.
Aculturización. Me
niego a aceptar esta acusación. La plataforma hispánica, formada por más
de 400 millones de individuos –aunque algunos renieguen de ella por motivos
interesados- son la prueba evidente de la riqueza cultural que alcanzaron los
habitantes de América, desde casi el estado de Oregón, al norte, hasta el
estrecho de Magallanes, casi bordeando los mares antárticos. España llevó
cultura a América, que se mezcló con la cultura precolombina, y como síntesis
ha producido una ingente cantidad de hechos culturales nuevos que son la
identidad cultural de la gran mayoría de esos 400 millones de hispanos.
Desarraigo. Idem.
No podemos confundir el concepto de nación política con el concepto de nación
étnica. Pongamos el ejemplo de España: los romanos ocuparon la península
ibérica y este hecho contribuyó a la desaparición o asimilación de los pueblos
preexistentes. Qué sentido tendría en la actualidad hablar de los
carpetos, vetones, layetanos, celtas, suevos, vándalos, alanos, y continúo con
los francos, lusos, etcétera. ¿Deberíamos culpabilizar al imperio romano
de nuestras desgracias actuales y pensar que si los carpetos continuaran
habitando el centro de España vivirían en una balsa de estabilidad o en una
Arcadia feliz?
Esclavitud. Creo
que los xenófobos fueron los anglosajones, no los españoles. No entraré
de lleno en este tema pero te recuerdo que en el ámbito anglosajón los negros
no pudieron matricularse en las universidades norteamericanas hasta hace bien
poco.
En general, por resumir
mi posición sobre el tema, creo que no debemos dejarnos llevar por los
tópicos. Acepto que las sociedades hispanoamericanas han seguido unas
senda de desarrollo infinitamente inferior a la de su vecino del norte, pero los
EEUU son un caso especial. Los EEUU han superado a su matriz, Inglaterra,
y no solo eso, actualmente son la potencia hegemónica del planeta. Para
alcanzar esta posición han gozado de la contribución de personas de todo el
mundo que juntos han luchado y trabajado muy duro. Posteriormente, una
vez convertida en potencia económica y militar, los EEUU han abusado de su
potencial y han utilizado al resto del continente como “patio de atrás” y se
han enriquecido a su costa.
Por esta razón, Amado, yo
no compararía a los EEUU con hispanoamérica como ejemplo de nuestra impericia,
ineptitud, torpeza, ignorancia, etcétera, ni situaría a Hispanoamérica como
ejemplo de desarraigo, esclavitud o pobreza. La comparación que habría
que hacer sería Hispanoamérica con otro vasto territorio colonizado y
explotado. Con un territorio que hubiera sufrido la experiencia del
dominio europeo y donde de verdad ser vería la desarticulación, inseguridad,
desarraigo y pobreza en estado puro. Me refiero a África. Para ser
justos, compararía nuestra acción en América con la acción de Francia,
Inglaterra, Bélgica o Alemania en aquel continente.
¿A que
ya no somos tan malos?
JUAN CARLOS PZ
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