sábado, 29 de junio de 2013

ESPAÑOLIZACIÓN DE LAS AMÉRICAS

Hemos situado el debate en el terreno de la filosofía de la historia, hablamos de conceptos y de ideas, de futuribles, del deber ser…  Me siento cómodo así porque lo que diga tampoco me compromete demasiado: hablamos de hipótesis.  Por esta razón quiero estudiar con detenimiento todo este periodo histórico, para saber lo que pasó, no lo que pudo haber sido y no fue.

En realidad tú lo has resumido con habilidad: “Verdaderamente pasó lo que tenía que pasar”.  A partir de ahí, insisto, se trata de saber qué pasó.

No obstante, quisiera abordar dos aspectos que tú planteas: 1) Los españoles condenaron a los americanos a un futuro de miseria, aculturización, desarraigo y esclavitud; y 2) Por qué negar la posibilidad de que hubieran alcanzado por sí mismos un progreso social, técnico y religioso.

-Mi opinión, nada autorizada, es que la España del siglo XIX podría estar igual de empobrecida sino más, en algunos casos, que una gran mayoría de repúblicas americanas recién independizadas o en proceso de estarlo.  De hecho, podría decir que el proceso de descolonización se produce precisamente cuando estos países alcanzan altas cotas de crecimiento y de progreso que le empujan a soltar el lastre de la antigua metrópoli.  Ahora es cuando debería incluir datos y referencias que corroboraran mis afirmaciones, pero también te pido que disculpes mi falta de tiempo y  mi escasa formación en la materia.

Aculturización.  Me niego a aceptar esta acusación.  La plataforma hispánica, formada por más de 400 millones de individuos –aunque algunos renieguen de ella por motivos interesados- son la prueba evidente de la riqueza cultural que alcanzaron los habitantes de América, desde casi el estado de Oregón, al norte, hasta el estrecho de Magallanes, casi bordeando los mares antárticos.  España llevó cultura a América, que se mezcló con la cultura precolombina, y como síntesis ha producido una ingente cantidad de hechos culturales nuevos que son la identidad cultural de la gran mayoría de esos 400 millones de hispanos.

Desarraigo.  Idem. No podemos confundir el concepto de nación política con el concepto de nación étnica.  Pongamos el ejemplo de España: los romanos ocuparon la península ibérica y este hecho contribuyó a la desaparición o asimilación de los pueblos preexistentes.  Qué sentido tendría en la actualidad hablar de los carpetos, vetones, layetanos, celtas, suevos, vándalos, alanos, y continúo con los francos, lusos, etcétera.  ¿Deberíamos culpabilizar al imperio romano de nuestras desgracias actuales y pensar que si los carpetos continuaran habitando el centro de España vivirían en una balsa de estabilidad o en una Arcadia feliz?

Esclavitud.  Creo que los xenófobos fueron los anglosajones, no los españoles.  No entraré de lleno en este tema pero te recuerdo que en el ámbito anglosajón los negros no pudieron matricularse en las universidades norteamericanas hasta hace bien poco. 

En general, por resumir mi posición sobre el tema, creo que no debemos dejarnos llevar por los tópicos.  Acepto que las sociedades hispanoamericanas han seguido unas senda de desarrollo infinitamente inferior a la de su vecino del norte, pero los EEUU son un caso especial.  Los EEUU han superado a su matriz, Inglaterra, y no solo eso, actualmente son la potencia hegemónica del planeta.  Para alcanzar esta posición han gozado de la contribución de personas de todo el mundo que juntos han luchado y trabajado muy duro.  Posteriormente, una vez convertida en potencia económica y militar, los EEUU han abusado de su potencial y han utilizado al resto del continente como “patio de atrás” y se han enriquecido a su costa.

Por esta razón, Amado, yo no compararía a los EEUU con hispanoamérica como ejemplo de nuestra impericia, ineptitud, torpeza, ignorancia, etcétera, ni situaría a Hispanoamérica como ejemplo de desarraigo, esclavitud o pobreza.  La comparación que habría que hacer sería Hispanoamérica con otro vasto territorio colonizado y explotado.  Con un territorio que hubiera sufrido la experiencia del dominio europeo y donde de verdad ser vería la desarticulación, inseguridad, desarraigo y pobreza en estado puro.  Me refiero a África.  Para ser justos, compararía nuestra acción en América con la acción de Francia, Inglaterra, Bélgica o Alemania en aquel continente.


¿A que ya no somos tan malos?
JUAN CARLOS PZ

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