Se está produciendo un fenómeno natural por su naturaleza
pero excepcional por su rareza en las playas de Esteiro y es de suponer que en
todas las de esta beiramar: la aparición de miles de “babosas de mar” varadas
en la playa y a la deriva en el agua, aún vivas pero a todas luces moribundas.
Su presencia ha ido en aumento significativo durante el último mes, pero estos
días es tan ingente número que a nadie pasa desapercibida e incluso hay quien
muestra algún temor. No hay motivo: es un fenómeno totalmente inofensivo,
incluso si se tocan o se cogen no causan el menor problema, (aunque su natural
defensa al contacto es la emisión de un líquido viscoso, éste es inocuo para el
hombre), salvo la lógica molestia física de ir evitandolos al andar por la
playa.
“Babosa de mar” es un nombre común apropiado, por su aspecto
y también por su correspondencia a la Clase de los Moluscos Gasterópodos, pero
puede dar lugar a confusión, pues se reserva para otro molusco parecido pero de
otro orden taxonómico, reservándose para estas especies otro nombre común, el
de “Liebre de mar”, por el aspecto de sus tentáculos inferiores. Al tacto se
aprecia una dureza interna, que es la concha residual (de la que carecen las
“babosas”). Se trata de una especie del género Aplysia y este fenómeno tan raro
(en Esteiro nadie recuerda algo así) se puede explicar, en principio, por dos
hipótesis: Una abundancia de su recurso alimenticio (varios tipos de algas,
según su edad) junto con muy favorables condiciones ambientales (temperatura,
ausencia de favorecen la superviviencia de un gran número de larvas (en cada
puesta hay más de 130.000 huevos); tanta superpoblación causa una rápida
disminución del recurso y la población cae en picado. Esta teoría puede verse
apoyada por la reciente extracción industrial de algas en la zona, prolongada
durante cosa de dos meses previos al verano. Otra explicación sería que, tras
la puesta, los individuos quedan muy debilitados y sólo les queda abandonarse a
morir para dar paso a la siguiente generación, convirtiéndose en “fenómeno de
masas” cuando la población tiene alcanzado un número inusualmente grande por
condiciones medioambientales excepcionalmente favorables; esta teoría estaría
apoyada por la simultánea presencia de miles de puestas, tantas, aparentemente,
como individuos a la deriva, aunque no tan visibles, pues la mayoría quedan
adheridas a las algas. Hay una tercera teoría, que armoniza las dos primeras:
explosión de la población por condiciones favorables, debilitamiento tras la
puesta y escasez entonces de recursos alimenticios.
En tu Esteiro no, pero en Coruña, Santander, Bretaña, Cádiz, Huelva sí que las he visto aunque no en tanta cantidad
ResponderEliminarLa "noticia" es precisamente la superabundancia: miles y miles de ejemplares varados en la playa día tras día, sus puestas llenando pozas y aguas más o menos someras.
EliminarSi tuvieran algún valor culinario no se verían.
ResponderEliminarGracias por pasar por la cueva, comentarios como el tuyo me animan a seguir pues últimamente me estoy cuestionando seguir con el blog.
Un abrazo.
Tu blog es incuestionable, querido Tejón.
EliminarHola,
ResponderEliminaryo lo que opino es que hecho de menos la opinión del biologo, se de buena tinta que conoces "alguno". Teorias siempre hay pero que opina nuestro comun amigo "el biologo".
Saludos