Jó, qué viaje, Jó, que hombres
Joder, qué libro
Algunas citas del prólogo:
La exploración polar es la forma más
radical y al mismo tiempo más solitaria de
pasarlo mal que se ha concebido. No
existe ningún otro tipo de aventura en que
uno se ponga la ropa el 29 de
septiembre, fiesta de San Miguel, la lleve hasta
Navidad y, dejando aparte una capa
de grasa natural, la encuentre tan limpia
como si estuviera nueva. Se está más
solo que en Londres y más apartado que
. En términos
generales, no creo que haya nadie en
la Tierra que lo pase peor que un pingüino
emperador.La narración de la última expedición de Scott, la de 1910‐1913, comprende dos
volúmenes, el primero de los cuales
incluye el diario personal de Scott de la
expedición, que escribía todos los
días antes de meterse en el saco de dormir
cuando viajaba y en los momentos
libres que le quedaban en la cabaña cuando
se encontraba en la base de invierno
y tenía que ocuparse de los numerosos
detalles de la organización
y los preparativos. En el segundo volumen brillan el valor, la fuerza, la lealtad y el amor tanto
como en el primero: hubo tantos
caballeros valerosos que sobrevivieron como
caballeros valerosos que murieron.
Pero el relato de Scott, narrado por él
mismo, es el que otorgará a la obra
un lugar entre los grandes libros del mundo.
El relato comienza en noviembre de
1910 y acaba el 29 de marzo de 1912, y, si el
lector no es capaz de leer las
últimas páginas sin lágrimas en los ojos, es porque
cuando llegue al final
habrá vivido con Scott durante dieciséis meses.
Cuando en 1913 mecomprometí a
redactar para el Comité de la Antártida una memoria oficial a condición de que
me dieran carta blanca, mi intención era ante todo mostrar
qué labor se había realizado, quién
la había realizado y a quién correspondía el
mérito de haberla realizado; quién
había asumido la responsabilidad; y quién
nos salvó aquel espantoso último
año, cuando se perdieron las dos
expediciones, sólo Dios sabía qué
convenía hacer, y de haber seguido así las
cosas los expedicionarios hubieran
perdido el juicio sin lugar a dudas. No existe
un testimonio de estas cosas, aunque
quizás el mundo piense lo contrario.
Generalmente en calidad de mero
acompañante, sin mucha responsabilidad y a
menudo presa de un miedo cerval,
estuve en medio de todo aquello y sé qué
ocurrió.
ResponderEliminar· ¿Han desaparecido las grandes aventuras, los grandes aventureros? Aquellas eran epopeyas...
· Un buen trabajo, amado Amado = Amado2
· un abrazo
· CR · & · LMA ·
...
EliminarDijo, creo recordar, George Leigh Mallory cuando le preguntaron que porqué quería subir al Everest: "porque está ahí". De esa casta son los exploradores, los que van a los polos, los que suben montañas o los que llevan las fronteras de lo desconocido más lejos. Tengo el libro y lo empecé a leer.
ResponderEliminarSalu2
Los "viajeros" de Scott, además, tenían motivaciones científicas, como, por ejemplo, la del viaje de invierno era la investigación de la evolución de las aves, en la errónea creencia de que el pingüino era un ave primitiva, de modo que su emriogénesis podría mostrar las fases reptil-ave.
EliminarComparar a Amundsen con Scott es comparar a Dios con el diablo (Seamos politicamente correctos)
ResponderEliminarLa planificación, y la humildad son mucho más eficaces que el valor y la arrogancia...
Por cierto, el mejor libro de viajes jamás escrito...
Scott cometió una serie de errores encadenados (ponis, 5 hombres, la ruta, los víveres...) que unidos a la fatalidad lo arrojaron al desastre. Pero, amigo Kikas, eso no es arrogancia. El gran componente científico de sus viajes, que no lo tenía el de Amundsen, tampoco es falta de humildad ni de planificación, aunque ésta fuese, sí, equivocada, ateniéndonos al desenlace.
EliminarEn fin, ni uno ni otro eran dioses ni diablos. Superhombres, sí. Los dos.
Era británico a principios del Siglo XX
EliminarEso explica más de una y más de dos docenas de cosas
Los noruegos eran unos pobres diablos, ni caballeros ni nada....
Es posible que no fuera arrogancia, simple prepotencia, ir sobrado o menospreciar al adversario, nunca enemigo, y a las circunstancias...
Pero el hecho, como seguro que ya lo sabes,es que Scott puso en marcha su proyecto del PoloSur sin saber que Amundsen iría, es más, incluso convencido de que el noruego seguía explorando el Norte, como todo el mundo pensó y como el propio Roald se encargó de que hacer creer, incluso sus amigos y colaboradores. Sólo en el último momento comunicó sus intenciones sureñas. No lo critico, constato el hecho de que Scott no podía llevar ningún sentimiento hacia un adversario que, según parecía evidente, no tenía.
EliminarLe movía la atracción del propio polo, el afán de hacer historia, el contribuir al progreso de la geofrafía y las Ciencias naturales...
Pero que conste mi pareja admiración hacia Amundsen y el reconocimiento de su talento, que lo llevó al éxito de llegar al Polo y al triunfo de llegar primero, que él sí lo pretendió desde el principio.
Otro que también se las tuvo tiesas con el Antártico fue la expedición de Ernest Shackleton del Endurance, que luego de hundirse y de llegar a la isla Elefante se embarcaron en un bote y emprendieron un viaje de casi 1300 km. hasta las Georgias del Sur. En Madrid hubo una exposición en el Jardín Botánico de esta aventura y ponía los pelos de punta.
ResponderEliminarSalu2
A veces uno lamenta haberse ido de la city, A veces
ResponderEliminarUn libro de viajes espectacular. La conquista de los polos debió de ser la releche.
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