viernes, 19 de octubre de 2012

EINSTEIN CONTESTA A PEPE EL DEL MONTJGÓ)


Pes eso, que Alberto ha leído el último comentario de PEPE y esta es su respuesta desde el más allá (es desde el pasado, mirad la fecha del artículo, por eso está allá)
¿La religión y la ciencia son irreconciliables?
¿Existe ciertamente una contradicción insuperable entre religión y ciencia? ¿La    ciencia puede reemplazar a la religión? A lo largo de los siglos, las respuestas a estas preguntas han originado considerables polémicas y, más todavía, luchas muy agrias. Sin embargo, estoy convencido de que una consideración desapasionada de ambas cuestiones sólo nos llevaría desapasionada de ambas cuestiones sólo nos llevaría a una respuesta negativa. Lo que complica la cuestión es, sin duda, el hecho de que mientras la mayoría coincide sin dificultad en lo que se entiende por "ciencia" difiere en el significado de "religión". Respecto a la ciencia es posible definirla, para nuestros propósitos, como "pensamiento metódico encaminado a la determinación de conexiones normativas entre nuestras experiencias sensoriales". La ciencia produce conocimiento de manera inmediata, y medios de acción de modo indirecto. Conduce a la acción metódica si primero se establecen objetivos definidos. Mas la función de establecer objetivos y de definir juicios de valor trasciende su propio fin. Aunque es cierto que la ciencia, en la medida en que capta conexiones causales puede llegar a conclusiones importantes sobre la compatibilidad e incompatibilidad de objetivos y valoraciones, las definiciones independientes y esenciales sobre objetivos y valores
quedan fuera de su alcance.
Por otra parte, en lo que atañe a la religión suele haber acuerdo en que su dominio abarca objetivos y haber acuerdo en que su dominio abarca objetivos y valoraciones y, en síntesis, la base emotiva del pensamiento y las acciones de los seres humanos, en
cuanto no estén predeterminados por la inalterable estructura hereditaria de la especie. La religión enfoca la actitud del hombre frente a la naturaleza en su conjunto, establece ideales para la vida individual y comunitaria, y las mutuas relaciones humanas. La religión trata de alcanzar esos ideales al ejercer una influencia educadora en la  radición por la elaboración y difusión de determinados pensamientos y narraciones de fácil acceso — epopeyas y mitos— capaces de influir en la valoración y la acción dentro del marco de los ideales afectados.
Este contenido mítico, o mas bien simbólico, de las tradiciones religiosas suele entrar en conflicto con la ciencia. Esto sucede siempre cuando tal conjunto de ideas religiosas contiene afirmaciones dogmáticamente establecidas sobre temas que pertenecen al campo de la ciencia. Resulta esencial, pues, para preservar la verdadera religión, evitar esos conflictos siempre que surjan en temas que, en realidad, no son decisivos surjan en temas que, en realidad, no son decisivos para la consecución de los objetivos religiosos. Al considerar las diversas religiones existentes en cuanto a su esencia, es decir, si las despojamos de sus mitos, no me parece que difieran tan fundamentalmente como pretenden los defensores de la teoría "relativista" o convencional. Y esto no debe sorprendernos. Las actitudes morales de un pueblo que se apoya en la religión han de estar siempre encaminadas al objetivo de mantener y preservar la salud y la vitalidad comunitarias y las de los miembros de la comunidad, ya que de lo contrario la comunidad perecería. Un pueblo que honrase la falsedad, la difamación, el fraude y el asesinato no podría subsistir durante mucho tiempo.
Así, cuando nos enfrentamos con un caso concreto no es tarea fácil determinar claramente lo que es deseable y lo que no lo es; resulta algo tan difícil como definir con exactitud lo que hace que un cuadro o una sinfonía sean buenos. Es lo que se aprecia mejor de modo intuitivo que mediante la comprensión racional. De igual forma, los grandes maestros morales de la humanidad fueron de algún modo genios artísticos del arte de vivir. Aparte de los modo genios artísticos del arte de vivir. Aparte de los preceptos más elementales, nacidos directamente del deseo de mantener la vida y eliminar los sufrimientos innecesarios, hay otros que sin ser en apariencia del todo mensurables según las normas básicas, les concedemos, empero, la debida importancia. ¿Debe buscarse, por cierto, la verdad de manera incondicional, aun cuando obtenerla entrañe grandes sacrificios en esfuerzo y felicidad? Existen muchas cuestiones de este tipo que no pueden tener una solución adecuada desde una favorable posición racional, o que carecen de respuesta posible. Sin embargo, no creo que sea correcto el llamado punto de vista "relativista", ni siquiera en el caso de las decisiones morales más sutiles. Si observamos las condiciones de vida actuales de la humanidad civilizada, aun según el aspecto de las normas religiosas más elementales, sentimos, sin duda, una desilusión muy dolorosa ante lo que se nos ofrece. Porque en tanto la religión prescribe amor fraterno en las relaciones entre individuos y grupos, el escenario más semeja un campo de batalla que una comunidad hermanada. El principio rector es en todas comunidad hermanada. El principio rector es en todas partes, tanto en la vida económica como en la política, la lucha implacable por el éxito a expensas del prójimo. Este espíritu competitivo predomina hasta en las escuelas y universidades y al destruir todos los sentimientos de cooperación y fraternidad, concibe el triunfo no como algo que emerge del amoral trabajo fecundo y concienzudo, sino como algo que nace de la ambición personal y del temor al rechazo.
Hay pesimistas que sostienen que esta situación es inevitable, inherente a la naturaleza de los seres humanos. Quienes proponen estas opiniones son los enemigos de la religión; sostienen implícitamente que las doctrinas religiosas son ideales utópicos no aptos para regir los problemas humanos. El estudio de las normas sociales de ciertas culturas llamadas primitivas habría demostrado de modo claro, que tal posición negativa carece por completo de base. Los interesados en estos temas, cruciales en el estudio de la religión, deberían leer lo que nos dice de los indios pueblo el libro Pattern of Culture de Ruth Benedict.
Al parecer, esta tribu ha logrado, en las condiciones de vida más duras, el difícil objetivo de liberar a sus miembros de la presión del espíritu competitivo e inculcarles una forma de vida fundada en la moderación y la cooperación, libre de coacciones externas y sin ninguna restricción de la felicidad.
La interpretación de la religión aquí expuesta implica una subordinación de la ciencia a la actitud religiosa, una relación que se menosprecia con demasiada facilidad en esta época materialista por excelencia. Si bien es cierto que los resultados científicos son desde luego independientes de las consideraciones morales o religiosas, no hay duda deque todos los individuos a los que debemos los grandes descubrimientos fecundos de la ciencia se hallaban imbuidos de la convicción, genuinamente religiosa, de que este universo nuestro es algo perfecto y susceptible de un análisis racional. Si esta confianza no hubiese sido tan arraigada y emotiva y si esta búsqueda de conocimientos no se hubiese inspirado en el Amor Dei intelectualis (Amor intelectual de Dios, frase de la Ética de Spinoza), no es comprensible cómo hubieran podido desplegar esa es comprensible cómo hubieran podido desplegar esa devoción infatigable que es lo único que permite al hombre alcanzar sus mayores triunfos.
(1948)__

2 comentarios:

  1. Estuve echando un ojo a lo que me comentabas en mi blog y es cierto que El Cebo aparece como de nacionalidad alemana, cuando es una coproducción. El director es Ladislao Vadja que trabajó mucho tiempo en España. En el caso de Pánico En El Transiberiano también estamos ante una peli de nacionalidad inglesa pero con un director español. Si buscas Horror Express Wiquipedia habla de ella como de nacionalidad española.

    Te dejo un enlace de cómo un film de Orson Welles acabó teniendo nacionalidad marroquí:

    http://cinexim.blogspot.com.es/2011/04/historias-de-cannes-othello-de-orson.html

    Por cierto mientras exista CINEXIM lucharé para que Los Otros no caigan en el olvido, jajaj. En cuanto a Darkness el final me produjo un desasosiego como hacía mucho que no sentía.

    Un abrazo!!!

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  2. Bueno pues siendo una de las etiquetas de estas entradas divagaciones por aquí tenía que venir yo. Perdonadme mi ignorancia, ya sé que quizá yo soy algo mas torpe que el comun de los mortales o quizá no, el caso es que estais intentando ver la diferencia entre la religión y la ciencia, a mí solo me gustaría poneros un ejemplo:
    Hace poco se ha descubierto, mediante el acelerador de electrones o hadrones (no tengo muy claro el nombre) algo que parece ser la particula de la cual pudo partir todo: el boson de Higs (no se si se escribe así), teniendo en cuenta eso y las explicaciones de la mecanica cuantica, alguno me podeis explicar por qué yo me tengo que creer lo que dicen estos señores ( si por que tengo que tener fé en lo que dicen estos señores que han hecho un descubrimiento "grandioso"), y no puedo tener fe en que exista un ser "supremo", bueno aparte de por que está mal visto.
    Me explico mas... la relación entre el boson de Higs y el comienzo del universo se dá como una especie de dogma de fé porque por mucho que lo intento yo no tengo narices a enterder las explicaciones, mas o menos igual que con la existencia de dios.
    Para terminar una niña pequeña con cuatro o cinco años me dijo: Papa, yo sé que hay estrellas, galaxias, planetas pero... ¿Antes que había? pues eso me lo expliquen

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