sábado, 28 de enero de 2012

EL BORRACHO Y EL ECO, DE VERSO EN VERSO

A petición popular, presentamos otra vez esta joya del humor de nuestro querido Poetga Añón, pero en su formato propio, verso a verso, de más fácil lectura que el ofrecido el otro día.

EL BORRACHO Y EL ECO

Noche oscura y silenciosa,
tan achispado iba Antón
que cayó de un tropezón
en la senda barrancosa.
Echó un recio juramento
diciendo ¿quién se cayó?
y en la pared de un convento
resonara el eco:
-YO.
-Mientes: yo fui quien caí,
y si el casco me rompí
tendré que gastar pelucas.
-LUCAS.
-¡No soy Lucas, voto a bríos!
que nos vamos ver los dos
presto, señor farfantón...
-ANTÓN.
-Me conoces ¡eh, tunante!
pues aguárdate un instante,
conocerás mi navaja...
-BAJA.
-Bajaré con mucho gusto
¿te figuras que me asusto?
al contrario, aún más me exalto
-ALTO.
-¡Oh, piensa, piensa el osado
que cien lauros que he ganado
hoy con mengua los marchito!
-CHITO
-¡Y se atreve el insolente
mandar callar a un valiente!
¿que calle yo?...¡Miserable!
-HABLE
-Vaya, si, que no hablaría
hasta que tu lengua impía
con este acero taladre...
-LADRE
-¿Ladrar? ¿Soy perro, quizás?
¿Dónde, villano, dó estás,
que de no hallarte me aburro...?
-BURRO
-¡Voto a...! Insulto tamaño
vengaré de un modo extraño,
que el sitio me es oportuno..
-TUNO
-Mas, ¿dónde está el majadero,
que ya hacerle rajas quiero?
Responde, ¿dónde se encuentra?
-ENTRA.
-¿Por qué no sales, vellaco?
Porque tu valor es flaco
ante el mío colosal..
-SAL
-Aquí me tienes, cobarde;
dime: ¿quieres que te aguarde?
¿dónde estás?...Nadie se acerca...
-CERCA.
-¿Pero dónde estás, repito?
que escuchando estoy tu grito,
mas el no verte me admira...
-MIRA
-Ya miro, pero qué diablo,
si no veo con quien hablo,
pues no parece ninguno...
-UNO.
-¡Uno! Pues bien, salga ya,
mi coraje probará,
te aguardo...aquí me coloco.
-LOCO.
-¿Chancéaste acaso tú?
¡Por vida de Belcebú!...
Sal pronto, me desespero
-ESPERO..
-¿Así te burlas de mi?
Responde, ¿quién eres? di,
ya de cólera reviento.
-VIENTO
-¿Eres algún trasgo inmundo,
o eres cosa de este mundo?
Habla, nada hay que me asombre...
-HOMBRE.
-Mas ¿eres vivo o difunto?
Aclárame todo al punto
y quien hablas repara.
-PARA
-Si eres ánima afligida,
bien; si eres de esta vida
hoy mi brazo te destruye..
.-HUYE.
-En vano intentarlo quieres:
mientras no sé quién eres
mi espíritu no se asombra
-SOMBRA.
-¡Sombra! ¡Dios mío! En tal caso
perdóname echase un vaso,
tres copitas y un bizcocho...
-OCHO.
-¡Ocho! dispénseme usted,
serían siete tal vez,
que otra la tomó Ramona
.-MONA
-Lo que es mona, no señor;
me puso alegre el licor
y a Ramonita también.
-BIEN.
-Desde hoy no volveré más;
fue en el café de Don Blas
dó estuve con ella sola...
-¡HOLA!
-Es un poco vivaracha,
pero muy guapa muchacha,
y es honrada, sin disputa...-..
...
-Eso es tal vez impostura,
mas ya que usted lo asegura,
sobre ese punto no alterco
-TERCO.
-Bien, señor, ya no replico,
si queréis callaré el pico
como si fuera de tabla.
-HABLA.
-Pues, señor, como decía,
en su grata compañía
tomé unos dulces y queso...
-ESO...
-dos empanadas y ponche,
y frutas, ¡voto a demonche!
que aún traigo aquí las simientes
-MIENTES
-No miento, no, como hay Dios,
que en francachela los dos
gastamos reales cincuenta
-CUENTA
-Pues, señor, iba diciendo,
con ella hablando y riendo
tomé lo que me convino...
-VINO.
-Vino, si señor, un poco...
dos vasos me han vuelto loco,
que echase más no penséis
-SEIS.
-Seis, no me acuerdo, en efecto,
que tengo siempre el defecto
de no contarlos después.
-PUES.
-Mas en medio de todo eso
no se me ha turbado el sexo,
ni a la chica me acerqué.
-QUÉ.
-Que no quise abusar de ella,
pues aunque es muy fresca y bella
aún tengo alguna virtud.
-¿TÚ?
-Yo, pues ¿qué mal hice, diga?
Cuando le cayó una liga
se la puse y nada más.
-MÁS
-¡Ah, si, me acuerdo, qué risa!
Le miré si la camisa
era lienzo de cambrai
-¡AY!.
-Sombra que todo lo sabes,
despáchame cuando acabes,
que por mi parte acabé.
-VE.
-Si, gracias, me voy, es tarde.
Adiós, el cielo te guarde,
triste sombra veneranda.
-ANDA.
Marchóse Antón taciturno,
con tímida planta lista:
receloso que le embista
aquel fantasma nocturno
que se ocultara a su vista.

Llegó a su casa al momento,
dó le esperaba su esposa,
y afirmó con juramento
que una sombra pavorosa
le hablara junto al convento.

(Francisco Añón, poeta de OUTES)

3 comentarios:

  1. Mucha imaginación y buen criterio poético el de Francisco Añón. No conocia estos versos y está bien que repongas lo bueno para los que hemos llegado más tarde al blog.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mas así que en la otra entrada, espectacular; por cierto no tengo ni idea de quien es este señor...
    Saludos

    ResponderEliminar