Dio lugar a risas de ignorantes y a explicaciones “sencillas” de sabios equivocados.
La considerada “solución final”, la conclusión oficial de los astrónomos es... la que tu das, amigo mío, como lo oyes.
Efectivamente, mirando una estrella, vemos su pasado: la luz del sol tarda 10 minutos en llegarnos, la de la Polar, 431 años de nada, etc.
Así que lo que ocurre es, como tú dices mejor que los sabios oficiales, que unas se habrán encendido y otras apagado...y de muchas su luz tarda tanto en llegar, porque están tan lejos, que simplemente todavía no nos ha llegado. Si una estrella nació hace un millón de años pero tan lejos que su luz necesita millón y medio para llegarnos, pues sencillamente falta medio millón de años para que la veamos.
Es decir, que sí que debe haber estrellas en cualquier punto al que miremos, pero la luz de muchas de ellas viene de camino todavía, de modo que mirando a donde están vemos su sitio cuando no estaban en él, vemos negro.
Hay, además, una explicación suplementaria. Que sería necesaria suponiendo que, aún descartando las estrellas cuya luz está por llegarnos, las demás siguen siendo tantas, tan “incontables”, que también debería lucir cualquier punto de la bóveda nocturna... lo que creo es que ESO MISMO ES LO QUE OCURRE: cualquier punto de la bóveda luce... sólo que nuestra vista es muy poco sensible. ¿Diríamos que no hay estrellas porque no las “notamos” con los ojos cerrados, como sí notamos, en cambio, la luz de nuestro Sol? No hay más que observar las imágenes tomadas por los telescopios: en ellas aparece un enorme número de puntos luminosos, de modo que uno lo suficientemente sensible vería TODO su campo”visual” cubierto de luces...aunque siempre habría también algún “claro” negro, porque aunque “incontables” en la práctica equivale a infinitas, y a pesar de que “la intensidad lumínica decreciente de cada estrella se compensará con su número creciente” (pág.93 de ese libro), en alguna linea “visual” puede que no haya estrellas más jóvenes que su distancia en años-luz, que al final, pues, vuelve a ser la solución a la paradoja, que es la solución de FLORES. Enhorabuena por tu perspicacia, no dejas de sorprender a propios y extraños.
Bibliografía: "El gato de Schrödinger en el árbol de Mandelbrot" de Ernst P. Fischer
La de cosas que vamos a acabar aprendiendo, si lo importante es ir llenando la cabeza de cosas; por cierto voy a ver si me pongo y leo el libro.
ResponderEliminarGracias por los piropos.
Saludos