ROMANCE DE LA POLICÍA ARMADA ESPAÑOLA
Los caballos grises son, las herraduras son grises, sobre los cascos relucen manchas de añil y de mierda Tienen, por eso no lloran, de plomo las calaveras. Con el alma también gris galopan por las aceras. Jorobados, taciturnos, por donde pasan ordenan silencios de goma oscura y miedos de rabia fiera. Pasan, si quieren pasar, y llevan en las caderas una clara astronomía de pistolas muy concretas. ¡Oh Universidad española! En las esquinas banderas, las lunas y calabazas para el final en conserva ¿quién tie vió y no te recuerda? Universidad ya cárcel con las ventanas con rejas. Cuando llegaban las doce, las doce, que doce, doce, los estudiantes en masa dispónense al desaloje. Los caballos mal nacidos guardaban todas las puertas. Los gallos rojos cantaban por la Facultad de Ciencias. El viento vuelve desnudo la esquina de la sorpresa. A las doce en punto, doce, doce, que las doce eran. Miguel Hernández y Lorca perdieron sus libertades y van con los estudiantes para ver si las encuentran. ¡LIBERTAAD! | Hernández viene vestido con el traje hecho girones por los golpes y castigos de este grupo de cabrones. Y Lorga agita los brazos en su capa ensangrentada. Detrás va Joaquín Dicenta con tres obreros del campo. Los campos y los rastrojos quedan con su espantapájaros. Por los pasillos sollozan minifaldas sin caderas. Agua azul, azul el agua por la Facultad de Ciencias. ¡LIBERTAD! ¡Oh Universidad española, por las esquinas banderas. Apaga tus rojas luces que se galopa en la acera. ¡Oh Universidad española! ¿Quién te vió y no te recuerda? Dejadla cerca del mar, con viento para sus velas. Avanzan de dos en fondo a la Facultad de Ciencias. Un rumor de siemprevivas invade las cartucheras. Avanzan de dos en fondo el noble bruto y la bestia. Se les hace agua la boca y repican las espuelas. En la Facultad, por dentro, se va deprisa a las puertas y todo un cuartel de gritos entran a saco por ellas. Los relojes se pararonçy del bar las cien banquetas se disfrazan de auxiliares para no infundir sospechas. Un vuelo de gritos largos se levantó tras las mesas: ¡LIBERTAAAD! | Y los grises azuzados sus galopes aceleran atropellan sanguinarios y por doquier aporrean, por la boca echan espuma, que tiene color gris mierda. En el suelo una chabala gime sentada en la acera, con la carne amoratada, manchada su blusa nueva de un azul frío y mojado mientras sus amigas corren perseguidas por las fieras en un aire donde estallan rosas de pólvora negra. Cuando las plazas y calles se quedan todas desiertas los grises van a comer dan las dos en sus orejas. De la Facultad de Ciencias los grises al fin se alejan pero volverán mañana y en su bar no habrá banquetas. ¡Oh Universidad española! ¿Quién te vió y no te recuerda? Que te busquen frente a frente juego de guitarra y fuerza. ¡LIBERTAAAD! |
Mas o menos como ahora en las universidades y en la vida social, en general, donde estamos totalmente aborregados y da igual lo que nos digan puesto que cuela todo.
ResponderEliminarSaludos
Un honor, Amado!!!!!
ResponderEliminarSí, presiento que caeré rendido a los encantos de París. Seguiré tu consejo y en cuento me sea posible será mi próximo destino. En cuento a que mi blog necesita París, creo que eso es más fácil de arreglar, ya verás.
Un abrazo y decirte que he disfrutado mucho ese Romance De La Policía Armada Española!!!