Quitameriendas y Azafrán silvestre
El
gallo canta y, porque canta, amanece.
De
igual manera estas flores florecen y, porque lo hace, antes anochece. O sea,
que cuando ellas vienen, lo bueno se acaba, llega el mal tiempo. Porque ellas
campean, la merienda de campo se acaba.
La
mejor señal para diferenciarlas es que el safrán bravo (Crocum nudiflorus) tiene estilizado porte, un tallo de hasta 15 cm, mientras
que la mejor llamada “quitameriendas” (Colchicum montanum:Merendera montana)
se queda pegada al suelo, la muy rastrera.
(La
M.m. de la imagen parece tener más de 6 pétalos, estas cosas pasan).
Ah,
parece ser, que Merendera montana es endémica de nuestra ibérica
península y el muy sur de la Francia (quizás no pase de donde no pasaba la
“Marca hispánica”, mire usted qué cosas, dicho sea lo cual de manera informal).
La vemos los muradanos por doquier en cuanto el campo
pisamos, que montañoso es. Aunque lo de “montana” no lo toméis en serio, no
hace falta mucha montaña para que estas flores hermoseen buenos campos de pasto
o fértiles suelos del sotobosque. Aunque es cierto que se ven más M.m. según
más subimos hacia Torea por ejemplo.
Importante
dato al ojo: No la probéis siquiera, es tóxica la traicionera. Por eso hay
tantas, que las vacas ya lo saben y las ovejas también (¿pero cómo demonio lo
saben ellas?), Los topos sus bulbos ramonean, son menos venenosos, disque. De
paso le hacen un favor, pues así estimulan formación de nuevos bulbos.
Más
detalles encontraréis si en guguel los buscáis. De nada.
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